La industria española paga el doble por la energía que en Francia lastrada por las tasas públicas

Los altos precios energéticos de 2023 han vuelto a ser un problema para la industria española; sobre todo, porque la competencia lo hace con distintas reglas

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La industria española ha sobrevivido a 2023 con unos precios eléctricos muy lejos de ser razonables para garantizar la competitividad. En diciembre, las empresas electrointensivas tuvieron que afrontar el doble de coste que sus homólogas francesas. Los cargos añadidos son parte del problema.

La situación de precios eléctricos en su conjunto es la raíz del problema. Según el barómetro energético mensual de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), considerando la evolución del mercado diario en 2023 y las cotizaciones de los precios futuros hasta fin de año, el precio medio estimado del mercado eléctrico español es de 87 €/MWh, un 48% menos que el de 2022.

Pero la comparativa con otros mercados deja un resultado extraño. Este mercado mayorista en España es un 8,7% más barato que el del mercado alemán y un 10% más barato que el mercado francés. A la hora de aplicar los precios finales la situación cambia.

La gran industria de Francia y Alemania compra su electricidad con contratos más competitivos que el precio de sus mercados eléctricos.

Así, en Francia disfrutan de la tarifa Arenh a 42 €/MWh. En Alemania ese precio final para las tarifas industriales se queda en 66 €/MWh. Una gran diferencia con respecto a los 93 euros que paga la industria española.

Según se desprende del cuadro comparativo que realiza Aege, esta factura española se podría rebajar comparativamente con respecto a Francia y Alemania sin la existencia de los peajes, cargos del sistema y pagos por capacidad que se añaden al coste.

Un año complicado para la industria

La situación es compleja para el sector industrial español. «Llevamos tres años con los precios más altos de la historia, y se espera un 2024 igual de caro. En este entorno de precios tan volátiles y caros, se está destruyendo demanda industrial», asegura a ECONOMÍA DIGITAL el director general de la Asociación de Empresas con gran consumo de Energía (Aege), Pedro González.

Y la problemática va en aumento. «Desde que empezó este proceso vamos a acabar con una reducción del 33% de la demanda. La conclusión es clara: esto significa que hay un 33% menos de actividad», sentencia Pedro González. Lo peor de todo es que «la situación de crisis no ha remitido, porque seguimos hablando del tercer año con los precios más altos».

Ante este escenario la solución de reducir la producción es la única salida. La opción de adecuar precios a los costes no es posible, precisamente, porque no se compite en igualdad de costes. Por tanto, la adecuación llega por la vía de seguir deteniendo la actividad.

Las potenciales soluciones 

Una de las soluciones que la industria tiene encima de la mesa son los contratos a largo plazo. «Este año las condiciones de los PPA han cambiado sustancialmente. Lo cierto es que contratar un PPA te está internalizando todo lo que está pasando en el mercado: precios altos».

«A otro tipo de cliente les puede encajar; a nosotros nos siguen dejando en rangos muy altos. Queremos que eso evolucione; que aparezcan ofertas adaptadas al consumo industrial. Pagar hoy en día un contrato a 70€-80€, cuando dentro de unos años puede estar a 60 €/MWh, es un dilema muy complejo», reflexiona el director general de Aege.

Esta situación provoca una desventaja competitiva frente a otros países. Y lo peor de todo para la industria española es que el sector energético empieza a difundir la idea de que existe un problema de precios bajos ya, en estos momentos, cuando se trata de una problemática —que será real—, pero más adelante en el tiempo.

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Raúl Masa

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