Montero diseña el impuesto a la riqueza con riesgo de doble imposición y choque con las CCAA

La titular de Hacienda ha explicado que se trabaja en un tributo temporal que entrará en vigor en 2023

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

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Será temporal, entrará en vigor en 2023 y contribuirá a que las grandes fortunas paguen más impuestos. Esto es todo lo que ha desvelado públicamente la titular de Hacienda, María Jesús Montero, sobre el nuevo impuesto en el que trabajan los técnicos del Ministerio.

Tras los anuncios de varias comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular (PP) sobre rebajas fiscales, el Ministerio de Hacienda se mueve en sentido contrario. «Tenemos en este momento que pedir un mayor esfuerzo a las grandes fortunas, a la banca, a las energéticas», indicó Montero esta semana en el Congreso de los Diputados.

Montero ha dejado claro que este tributo que se está «estudiando» afectará a menos de un 1% de la población, lo pagarán «las personas millonarias» y seguirá «un esquema similar» al de los gravámenes que el PSOE ha impulsado para las empresas energéticas y los bancos.

Uno de los principales retos que tendrán que solventar los expertos que diseñen esta tasa es evitar la doble imposición. Cabe recordar que esto se produce cuando un mismo hecho se grava con varios impuestos. Esto podría suceder con este nuevo tributo si afecta directamente a las rentas, puesto que estas ya están tasadas en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF).

Lo mismo ocurriría si desde Hacienda se opta por gravar el Patrimonio, algo que ya hace el impuesto con este mismo nombre y que Andalucía ha decidido bonificar a partir del próximo año, siguiendo la estela de la Comunidad de Madrid.

El presidente de los Técnicos de Hacienda (Gestha), Carlos Cruzado, explica en conversación con este periódico que aunque se desconoce la fórmula por la que optará el departamento que dirige Montero, posiblemente se elegirá una figura parecida a la que ha escogido para gravar las comisiones de la banca y la facturación de las energéticas. En este caso, en el texto legal figuran como prestaciones patrimoniales de naturaleza no tributaria.

Con este modelo -prestación patrimonial-, el Gobierno busca huir del argumento de la doble imposición que podría dar la victoria en los tribunales a banca y energéticas si decidieran recurrir las tasas. Por ello, Cruzado cree que Hacienda tratará de encontrar una vía parecida.

Sin embargo, fuentes de Hacienda, que insisten en que se está «diseñando» y que «no hay nada escrito» ven más probable que se opte por un nuevo impuesto que evite cambios en Patrimonio o IRPF, aunque lo dejan en manos de los técnicos.

Conflicto con las CCAA

Lo que tendrá más difícil evitar Hacienda será un conflicto con las comunidades autónomas. Gravar la riqueza es algo que ya hace el impuesto sobre el Patrimonio, como se ha comentado anteriormente. Además, incrementar la presión fiscal sobre las rentas altas como busca el Ejecutivo supone ir en dirección contraria a la política fiscal de comunidades como Madrid o Andalucía.

El Gobierno tiene pendiente una reforma fiscal, comprometida con la Comisión Europea. Para llevarla a cabo, Montero encargó un libro blanco a un comité de expertos que le recomendaron la armonización fiscal en impuestos como el de Patrimonio o el de Sucesiones y Donaciones. La titular de Hacienda se ha pronunciado en varias ocasiones en contra de lo que considera «dumping fiscal«, es decir, competencia desleal en materia fiscal por parte de la Comunidad de Madrid, donde el impuesto sobre el Patrimonio está bonificado al 100%.

Ante la presentación del libro blanco, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, trató de blindar su política fiscal aprobando una norma autonómica de autonomía financiera. Algo que ya le garantiza la Constitución, pero que Ayuso quiso reforzar.

Si Montero entra ahora en el terreno de la armonización, aunque sea a través de una nueva figura tributaria, se entenderá como un ataque a la política fiscal de Ayuso, en la que ahora se inspiran Juanma Moreno y no descarta Fernando López Miras, presidente de la Región de Murcia.

Propuesta de Podemos

Unidas Podemos lleva años planteando un impuesto a las grandes fortunas para garantizar que contribuyen más a la recaudación pública. De hecho, en su última propuesta para una reforma fiscal, titulada Tax the rich, Podemos planteaba sustituir el impuesto sobre el Patrimonio por un tributo a la riqueza.

Este tributo no podría bonificarse por las comunidades autónomas y tendría un mínimo exento de un millón de euros, además de una exención por vivienda habitual de 400.000 euros. Establecería un tramo del 2% para los patrimonios a partir del millón de euros, del 2,5% a partir de 10 millones y del 3%, para aquellos de 50 millones de euros. Los patrimonios a partir de 100 millones de euros estarían gravados al 3,5%.

Hacienda no ha definido cuánto espera recaudar con este tributo ni qué gravará exactamente, pero entra dentro de las observaciones de instituciones internacionales como la OCDE o la Comisión Europea que asumen que hacer frente a las consecuencias de la guerra hará necesarios más recursos para los estados.

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