Sin tregua para el empresario: Escrivá ve «margen» para subir otra vez las cotizaciones

El Ministerio de Inclusión ve que todavía podrían subirse más las aportaciones a la Seguridad Social, según los indicadores de costes laborales y competitividad

El ministro de Consumo en funciones Alberto Garzón, José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y el ministro de Universidades en funciones, Joan Subirats. EFE/ Daniel González

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El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ve que todavía «existe margen» para aumentar las cotizaciones a la Seguridad Social en los próximos años, a la vista de los datos de costes laborales unitarios (CLU) y competitividad con los países de nuestro entorno, lo que permitirá mejorar la financiación de las pensiones de cara a los años de mayor tensionamiento, antes de 2050.

En un análisis sobre el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) y su incremento progresivo previsto para los próximos años, el Ministerio apunta que los CLU han aumentado, entre el primer trimestre de 2010 y el segundo de 2022, apenas un 5,9%, lejos del 18% que han aumentado en la zona euro (12,1 puntos porcentuales de diferencia) y de los 27,1% que se han incrementado en los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En este último caso, la distancia es de 21,2 puntos.

En un segundo análisis, incluido en el documento de proyecciones de gasto en pensiones lanzado esta semana, el departamento de Inclusión compara la evolución de los costes laborales entre 2011 y 2019, el último año antes de la pandemia del COVID-19. De acuerdo con esta comparación, los CLU habrían caído un 1,9% durante ese periodo en España, en gran parte recesivo en nuestro país. En Italia, entre los mismos años, subieron un 4,4%; en Francia, un 6,4%; y en Alemania, un 15%.

El MEI pasará del 0,6% al 1,2%

El MEI se creó en la primera pata de la reforma de las pensiones elaborada por el ministro José Luis Escrivá, con el concurso de sindicatos y patronales. El objetivo era era dotar a la Seguridad Social de una herramienta con capacidad para compensar, si fuera necesario, el factor de sostenibilidad de la reforma de las pensiones de la exministra Fátima Báñez. El instrumento, remozado en la segunda pata de esta reforma, impone una cotización finalista para llenar el Fondo de Reserva -la hucha de las pensiones- y poder hacer frente al gasto futuro.

La cotización adicional arrancó siendo un 0,6%, repartido en cinco décimas para la empresa y una décima para el trabajador. Esta evolución será progresiva hasta 2029, cuando la cotización total será de 1,2%, repartido un punto porcentual para la empresa y dos décimas para el trabajador. Este porcentaje de cotización se extenderá hasta 2050. «El reparto de esta aportación recaerá, aproximadamente, en un 83% sobre la empresa y el 17% en el trabajador», apunta el documento.

La Seguridad Social apunta que estos ingresos adicionales en las nóminas de los trabajadores permitirán acumular hasta 130.000 millones de euros en 2034, justo cuando comienza el momento de mayor tensión financiera del sistema de las pensiones por la jubilación de la generación del baby-boom, una cohorte muy numerosa y con pensiones más generosas que las de los retirados que salen del sistema.

El gasto se disparará al 15% del PIB

A partir de 2023, la ley establece que se podrá ir dando salida a esos ahorros en un porcentaje ya fijado de antemano: desde unas pocas décimas de producto interior bruto (PIB) ese mismo año hasta alcanzar el 1% entre 2046 y 2049, los años de mayor tensionamiento. «La puesta en marcha del MEI implicará un incremento sustancial de los ingresos del sistema de la Seguridad Social en las décadas en las que el sistema deberá afrontar la llegada a la edad de jubilación de generación más pobladas», incide el estudio. El Ejecutivo espera que la hucha cierre este año con 5.500 millones de euros y volvería a estar casi ‘vacía’ en 2053.

En el cómputo total, el MEI supondrá un incremento anual en términos de contabilidad nacional de 0,5% del PIB del peso de las cotizaciones sociales, independientemente de que se destine a reducir el déficit o se acumule en el Fondo de Reserva, de acuerdo con el cálculo de la Seguridad Social. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que difiere del análisis del Ministerio de Escrivá, apunta que este incremento será del 0,4%.

El Ministerio de Seguridad Social calcula que el gasto en pensiones se disparará hasta el 15% en los años de mayor tensión y no empezará a caer hasta 2048. De media, entre 2022 y 2050, el gasto se situará en el 14,2% del PIB, aunque con las medidas de ingresos incluidas en las reformas de pensiones de 2021 y 2023 (la creación del Mecanismo de Equidad Intergeneracional o el destope de las bases máximas, entre otras) su efecto se ‘corregiría’ en 1,8 puntos de PIB, hasta suponer el 12,4%.

Este, el corregido, es el que mide Bruselas para comprobar la sostenibilidad del sistema. En concreto, la Comisión detalló que este gasto no debía superar en ningún caso el 13,3% del PIB, un umbral que no se cruza con los efectos de las reformas de 2021 y 2023.

Entre esos mismos años, de acuerdo con las mismas proyecciones, el empleo crecerá en esta década (entre 2023 y 2030) el 1,4%, aunque a partir de 2030 se producirá una desaceleración. Entre 2030 y 2040 avanzará un 0,5%, pero se recortará un 0,1% entre 2041 y 2050, además de otro 0,1% en los diez años siguientes. Entre los años 2061 y 2070, se prevé que el empleo permanezca estable, con una variación del 0%.

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