Damm reduce el impacto medioambiental de la producción de cerveza

La puesta por la economía circular y por fuentes de energía eficientes y renovables ha permitido a Damm reducir en un 45% la energía destinada a producir cerveza

Placas fotovoltaicas.

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El movimiento se puede demotrar andando, y la economía circular se puede demostrar produciendo cerveza: en el marco de su apuesta por la economía circular, Damm impulsó un proyecto de generación de energía renovable a partir de cerveza retirada de los bares y restaurantes durante la pandemia.

El destino de parte de esa energía limpia no fue otro que el de producir cerveza con el menor impacto ambiental posible.

Este es solo una de las iniciativas que la cervecera ha puesto en marcha en los últimos años para impulsar la eficiencia energética y conseguir una gestión eficiente de los recursos naturales en la producción.

Como resultado, en los últimos 10 años Damm ha reducido en un 45% la energía utilizada para la producción de cada hectolitro de cerveza.

Esta transición hacia un nuevo modelo productivo que apuesta por la economía circular ha requerido innovación e ingenio. También ha requerido inversiones en fuentes de generación renovables y energéticamente eficientes; como la cogeneración, la trigeneración a partir de biogás, o la solar fotovoltaica.

Solo en 2019, el mismo año en que Damm se adhirió a los Objetivos de Desarrollo Sostenible del Pacto Mundial, la compañía invirtió 6 millones de euros en acciones de mejora medioambiental.

Eficiencia energética y energías renovables para producir cerveza

La apuesta de Damm por la tecnología de cogeneración se remonta a finales de los años 90. Esta tecnología produce a la vez la electricidad y el calor que requieren sus centros productivos, lo que reduce el consumo energético y mejora la eficiencia.

Actualmente Damm produce energía mediante cogeneración a través de una turbina de 10 MW ubicada en la fábrica de El Prat de Llobregat, y dos motores de cogeneración que ofrecen 5 MW de potencia en la maltería de La Moravia, en Bell-lloc d’Urgell.

Ambas plantas de cogeneración suministran el equivalente a la totalidad del calor que necesitan la fábrica de El Prat de Llobregat y la maltería La Moravia.

Damm también genera 3 millones de kWh de energía eléctrica a través de fuentes de generación de biogás de origen renovable en su fábrica de El Prat de Llobregat, y cuenta con 13.000 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos con una potencia total de 1,7 MW. Esta apuesta por las energías renovables permite a la compañía evitar la emisión anual de 2.160 toneladas de CO2 a la atmósfera.

El ejemplo perfecto de economía circular

La cerveza utilizada por Damm para producir energía verde procedía de la cerveza retirada en bares y restaurante durante los primeros meses de confinamiento. Fueron en total 3,5 millones de litros de cerveza que no iban a consumirse debido al estado de alarma.

Se trata de un perfecto ejemplo del significado de economía circular: Damm utilizó toda esa cerveza retirada para producir 670.000 kWh de electricidad limpia —el equivalente al consumo medio mensual de unos 2.500 hogares españoles— que le permitió reducir la huella de carbono en unos 250.000 Kg de CO2, y producir cerveza con un menor impacto medioambiental.

En la misma acción, Damm repuso gratuitamente la misma cantidad de cerveza retiradaequivalente a más de 18 millones de cañas— como parte de su programa de apoyo al sector hostelero.

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