Bruselas multa con 875 millones a Volkswagen y BMW por un nuevo fraude en las emisiones

La Comisión Europea sanciona a los fabricantes por desarrollar una tecnología conjunta y no competir para reducir las emisiones. Daimler fue el denunciante

Un empleado de Volkswagen sostiene un logotipo de la compañía. EFE/Jochen Luebke

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La Comisión Europea vuelve a poner en el foco a Volkswagen por las emisiones contaminantes de sus vehículos diésel. El Ejecutivo comunitario anunció la imposición de una multa de 875 millones de euros a Volkswagen AG y BMW por una infracción de las normas antimonopolio de la Unión Europea al haber desarrollado un cártel para el desarrollo tecnológico de un software que reducía las emisiones de sus automóviles diésel.

La vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, explicó que los fabricantes «poseían la tecnología para reducir las emisiones perjudiciales más allá de lo que exige la ley según las normas de emisiones de la Unión Europea, pero evitaron competir en el uso de todo el potencial de la tecnología para limpiar mejor de lo que exigía la legislación».

Daimler (Mercedes) se libró de la sanción al destapar el cártel

De este modo, Volkswagen AG tendrá que pagar 502,3 millones de euros y BMW otros 372,9 millones. Dentro del conglomerado Volkswagen, la infracción la cometieron las marcas Volkswagen, Porsche y Audi. Seat, otra de las filiales del grupo germano, queda fuera de la investigación.

No fue multada Daimler (Mercedes), el tercer integrante del cártel. La compañía esquivó la sanción y obtuvo plena inmunidad al ser el actor que destapó el acuerdo entre automovilísticas. De no haberlo hecho, la multa hubiese sido de 727 millones.

El cártel duró más de cinco años

Según la Comisión Europea, el pacto entre marcas duró desde 2009 a 2014. Durante el lustro, las empresas evitaron de forma «deliberada» competir para reducir las emisiones de CO2. Vestager explicó que el trío de fabricantes compartió información para «eliminar la incertidumbre de su conducta futura en el mercado».

«Los fabricantes desarrollaron juntos una tecnología muy buena pero decidieron no competir para explotarla en todo su máximo potencial», añadió la dirigente.

BMW emitió un comunicado para confirmar el pago de 372,9 millones al que está obligado y recordó que Bruselas no le acusa de manipular los sistemas de control de emisiones, el método destapado por el escándalo diéselgate.

La investigación de este caso es diferente: es el primero en el que la Comisión Europea pone el foco en la cooperación en el desarrollo de tecnología y no en el clásico reparto del mercado o control de precios para determinar la existencia de un cártel.

Carles Huguet

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