Ford paraliza su plan eléctrico en EE. UU. mientras Volkswagen baja la persiana en Alemania

Las recientes acciones de Ford y Volkswagen son el fiel reflejo del momento de incertidumbre que atraviesa la industria del automóvil a nivel global

La estrategia industrial valenciana en la encrucijada: más allá de Ford, Volkswagen y las grandes corporaciones extranjeras

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La industria de la automoción vive un momento de profunda incertidumbre en distintos puntos del mundo, con decisiones de gran calado adoptadas por dos de los mayores fabricantes del mundo, de la mano de una serie de movimientos que, de una forma u otra, han puesto al desarrollo del coche eléctrico en el punto de mira.

Un hecho del que ha informado el medio Expansión, que ha asegurado que Ford ha cancelado su programa de desarrollo de coches eléctricos en Estados Unidos, mientras que Volkswagen ha anunciado el cierre de una planta en Alemania por primera vez en sus 88 años de historia, un movimiento directamente ligado a la evolución del mercado del vehículo eléctrico.

Ford detiene en seco su apuesta por los vehículos eléctricos

El primer punto de este gran terremoto tiene que ver con el anunció de Ford sobre un cambio de estrategia en sus planes de futuro, al comunicar que dará marcha atrás en sus planes de desarrollo de nuevos vehículos eléctricos en Estados Unidos. La compañía ha decidido reconvertir las plantas donde actualmente fabrica automóviles eléctricos para destinarlas a la producción de coches híbridos y de gasolina, marcando así un punto de inflexión en su hoja de ruta industrial.

Un giro estratégico que, como es de esperar, tendrá un impacto financiero muy relevante, ya que, según la propia compañía, el coste ascenderá a 19.500 millones de dólares, que serán imputados en su mayor parte a la cuenta de resultados del último trimestre del año. La cifra refleja la magnitud de una decisión que supone desandar parte del camino recorrido en la electrificación.

Un movimiento en el que el anuncio más significativo ha resultado ser el cese de la producción del Ford F-150 Lightning, la versión eléctrica de la popular pick-up F-150, el automóvil más vendido de la historia en Estados Unidos. Este modelo se había convertido en uno de los emblemas del programa de transformación eléctrica de Ford, por lo que su cancelación simboliza con claridad el nuevo rumbo adoptado por la empresa.

Además, Ford ha cancelado también sus planes para producir una furgoneta eléctrica destinada al mercado europeo, según ha comunicado la propia compañía y recoge la agencia Efe, en lo que demuestra no ser un hecho aislado en su estrategia relativa a los vehículos eléctricos. Esta decisión, además, amplía el alcance del repliegue, que no se limita únicamente al mercado estadounidense.

Entre los aspectos bajo los que Ford ha justificado esta reorientación por varios factores clave, destaca principalmente una demanda menor de lo esperado, los elevados costes de producción y los cambios normativos impulsados por la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, que ha promovido políticas contrarias al vehículo eléctrico. Según la compañía, este contexto ha obligado a replantear sus prioridades industriales y comerciales.

En un comunicado, Ford explicó que “la empresa se está orientando hacia oportunidades de mayor rentabilidad”, entre las que destaca el aprovechamiento de su base industrial en Estados Unidos para ampliar su gama de camiones y furgonetas, así como el lanzamiento de un nuevo negocio de almacenamiento de energía en baterías de alto crecimiento.

De este modo, y aprovechando este nuevo planteamiento, Ford prevé que alrededor del 50% de su producción global en 2030 corresponda a vehículos híbridos, eléctricos y de autonomía extendida, una tecnología que incorpora un pequeño motor de combustión interna para generar electricidad cuando se agota la batería.

Volkswagen también se coloca en el punto de mira al dar cierre a una planta histórica

En la otra punto del mundo, mientras que Ford repliega su estrategia eléctrica en Estados Unidos, Volkswagen afronta un hito histórico en Alemania. El grupo alemán ha anunciado que cerrará esta semana una planta en su país por primera vez en 88 años, un hecho sin precedentes en la trayectoria del fabricante.

La instalación afectada no es otra sino la planta de Dresde, conocida como la Fábrica Transparente o de Cristal, donde se producía el Volkswagen ID.3, el modelo eléctrico más asequible de la marca hasta la fecha. Como símbolo de su cierre, un ID.3 rojo firmado por todos los empleados permanecerá expuesto en la fábrica como recuerdo.

La plana en cuestión, fue inaugurada en 2001 con la producción de la berlina de lujo Volkswagen Phaeton, cuya fabricación cesó en 2016. Posteriormente, en 2017, con el inicio de la producción del e-Golf, la Fábrica de Cristal se convirtió en el primer emplazamiento de Volkswagen en dedicarse por completo al coche eléctrico.

Un hecho que puede tener un gran impacto tanto en el panorama de la automoción alemana como europea, ya que a lo largo de su historia reciente, la planta de Dresde ha producido más de 165.500 vehículos. Por el momento, los 230 empleados mantendrán sus puestos de trabajo, según ha informado Volkswagen y recoge Europa Press, lo que atenúa el impacto social inmediato del cierre.

Dos decisiones que son un reflejo fidedigno de las dificultades que atraviesa la transición hacia el coche eléctrico, con cambios estratégicos de gran alcance que ponen de manifiesto la volatilidad del mercado y los retos industriales, económicos y regulatorios que afronta el sector en plena transformación.

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