Celsa sube los sueldos casi un 10% en dos años en Barcelona en plena batalla por su control

El comité de empresa de la siderúrgica desconvoca la huelga indefinida tras acordar un aumento del 5,7% para este 2022 y la inclusión de una cláusula de revisión salarial

Una imagen de la planta de Celsa en Castellbisbal (Barcelona).

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Celsa Barcelona acuerda una subida de sueldo de casi un 10% en dos años. En plena batalla con los fondos por el control de la propiedad del grupo al que pertenece, la compañía ha llegado a un preacuerdo con la representación sindical para firmar el nuevo convenio colectivo vigente hasta 2026, que incluye una cláusula de revisión salalrial.

Según informa el sindicato USOC en un comunicado, el comité de empresa ha desconvocado la huelga indefinida que iba a iniciarse este viernes tras pactar aumentos salariales del 5,7% para el 2022, del 3,5% el 2023, del 2% en 2024 y en 2025 y del 1% en 2026 para los 600 trabajadores de Barcelona. Fuentes de la empresa aseguran que estas cifras fueron las planteadas por la dirección de Celsa. El preacuerdo también incluye un aumento de los pluses del 5%, así como formación voluntaria fuera de la jornada laboral.

«La huelga estaba convocada con el objetivo de presionar las negociaciones del convenio colectivo, que se encontraban bloqueadas pro la intransigencia de la patronal», afirma el sindicato. Los trabajadores se concentraron el pasado lunes día 20 delante de las puertas de la empresa y paralizaron la entrada y salida de materiales hasta las 14 horas.

La siderúrgica valora positivamente el acuerdo alcanzado con los representantes de los trabajadores de Barcelona sobre la negociación del convenio colectivo. «La mediación solicitada por Celsa ha permitido cerrar un acuerdo satisfactorio por ambas partes. Para Celsa Group las personas que configuran sus equipos son una parte esencial y fundamental en la cadena de valor que hace posible su modelo de negocio de éxito», añade en un comunicado.

Con este acuerdo, Celsa salva un conflicto laboral mientras tiene otras preocupaciones: el control de la propiedad de la empresa. En otoño, los fondos que compraron deuda de la compañía de los Rubiralta anunciaron el inicio de un plan de reestructuración para reducir el pasivo en 1.291 millones a cambio de transformarlo en capital de la empresa y, por lo tanto, hacerse el control de la siderúrgica.

Los fondos podrían entrar en el capital

Por ahora, las negociaciones siguen abiertas, pero la compañía catalana ha abierto la puerta a permitir la entrada de los más de 20 fondos, entre los que se encuentra Deutsche Bank y Goldman Sach, en su capital. Sin embargo, su participación no superaría el 49% de la propiedad, lo que permitiría la entrada del rescate de la SEPI. De hecho, este es uno de los putos clave para los Rubiralta: no perder las ayudas, después que los fondos anunciara su intención de renunciar a ellas.

Por otro lado, la familia propietaria de la compañía se han abierto al traslado de la sociedad mercantil, que no de la sede social que se mantendría en Castellbisbal (Barcelona), a Luxemburgo para poder incluir nuevos elementos de financiación.

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