Colonial exprime la escalada del alquiler: dispara precios un 26%

La socimi considera que su negocio en Barcelona, Madrid y París todavía tiene margen de crecimiento pese a ralentizarse la revalorización de los inmuebles

Pere Viñolas y Juan José Brugera, consejero delegado y presidente de Colonial. EFE

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Pese a ganar el 20% menos, “2018 fue un año excelente para Colonial”, según su consejero delegado, Pere Viñolas. La compañía dejó el beneficio en 525 millones frente a los 683 millones de 2017 debido a la menor revalorización de los inmuebles, pero el negocio ordinario funciona a toda velocidad. Como muestra: la socimi renovó los alquileres de sus edificios por el 26% más de lo que pagaban los inquilinos en el anterior contrato.

Las cifras hechas públicas por la cotizada presidida por Juan José Brugera revelan como Madrid fue la ciudad en la que más se notó el incremento, pues el alza fue del 29%. De cerca le siguió Barcelona, con una subida del 23%. Mientras, París, con menor recorrido al alza, sólo se encareció el 14%.

Gracias a los incrementos, Colonial consiguió elevar los ingresos por alquileres desde los 283 millones hasta los 347 millones y las ganancias procedentes de la actividad subieron desde los 101 millones hasta los 83 millones de euros.

Y la previsión es la de seguir elevando las rentas a tenor de los índices de ocupación. En toda su cartera, la firma sólo tiene el 4% de disponibilidad; una cifra marcada por una desocupación del 11% en Madrid debido a los activos adquiridos con la opa sobre Axiare. En cambio, Barcelona y París sólo arrastran una desocupación del 1%.

El freno a la revalorización de los activos segó el beneficio de Colonial en 2018

«Con estos niveles de ocupación, lo lógico es pensar que el buen rendimiento continuará», augura Viñolas. Así que ni hablar de explorar mercados con un mayor margen de crecimiento; un camino que sí parece haber tomado Merlin Properties con ciudades como Lisboa, Valencia o Sevilla.

La sociedad defiende que sus activos, ubicados en zonas prime, serán los últimos en notar el impacto de una teórica desaceleración. «La inercia es muy positiva, un hecho que nos hace ser muy optimistas de cara al futuro», añade el directivo. De hecho, en menos de un lustro aspira a alcanzar los 500 millones de ingresos por rentas.

Por el momento, sí notó una desaceleración en la revalorización de sus activos. En un año en el que, por ejemplo, el PIB español creció el 2,6% frente al 3,1% de los doce meses anteriores, la revalorización de los activos fue de 580 millones de euros frente a los 921 millones del periodo comparable.

Colonial sí se muestra más cauta en la inversión en nuevos proyectos, un campo que necesita un mínimo de dos años de planificación y obras para ser una realidad. Finalizado el último gran paquete de inversión, el Alpha IV, no aparece una cartera similar en el futuro: «En los últimos años venimos invirtiendo alrededor de 250 millones de euros por ejercicio, no descartamos que pueda volverse a producir, pero deberemos ver las oportunidades», señala.

¿Y las ventas?

«Las socimis ya empiezan a vender parte de sus activos al haber cumplido su ciclo en cartera para que se revaloricen», explicaban hace semanas desde la consultora Savills Aguirre Newman. En 2019 la tendencia seguirá: «Las grandes socimis también tendrán un importante papel vendedor». Una tesis a la que se apuntan en Cushman & Wakefield: «Lo más probable es que a cierre de 2019 nos encontremos con socimis más pequeñas pero con mayores rentas», señalaron.

«Proseguiremos con la desinversión de activos no estratégicos, dependerá de las oportunidades», despeja Viñolas, que sí cifra en unos 500 millones las ventas acometidas en 2018. Los primeros movimientos ya comienzan a dejarse ver y, por ejemplo, Colonial ya vendió el hotel Tryp Chamartín a Meridia Capital la semana pasada.

«Es probable que acaben deshaciéndose del logístico heredado de Axiare«, añadían en Cushman, un campo sobre el que la cotizada jamás terminó de pronunciarse abiertamente. Si en un primer momento la desinversión parecía cantada, las aguas se calmaron a los pocos meses. A febrero de 2019, el mensaje es: «Nos hemos tomado un tiempo para evaluar que hacemos, a corto plazo no tenemos la intención de venderlo».

Carles Huguet

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