El Gobierno presiona a Nissan-Renault para potenciar Castilla y León tras el cierre de BCN

La ministra Maroto asegura que las fábricas de Palencia y Valladolid están preparadas para captar modelos ante un hipotético cierre de Nissan Sunderland

Vista de la factoría de motores de Renault en Valladolid. EFE/NACHO GALLEGO

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Quizás escarmentados por su silencio durante la crisis de Nissan en Barcelona, desde el Gobierno salieron rápidamente a dar la cara ante la opinión pública frente al primer nubarrón que se cierne sobre las fábricas de Renault en Valladolid y Palencia. Con las negociaciones por el convenio colectivo rotas y el fabricante francés inmerso en una severa reestructuración mundial, la ministra de Industria pretende aprovechar la falta de acuerdo del brexit para fortalecer las dos instalaciones con modelos del centro de Nissan en Sunderland.

La titular de la cartera de Industria, Reyes Maroto, aseguró en una entrevista concedida al Diario de Castilla y León: “Las dos fábricas tienen capacidad para absorber la producción de Nissan en Sunderland”. Una aseveración que, al menos hoy en día, no es cierta: los británicos sacan a la carretera 350.000 vehículos anuales, demasiados para el espacio disponible en España.

La ministra abrió la puerta a que la alianza Nissan-Renault sacase producción del Reino Unido ante la cercanía del brexit. Así lo manifestaron directivos de la automovilística japonesa en los últimos meses por el temor de llegar a una salida sin acuerdo entre el archipiélago y la Unión Europea.

“Se plantean cerrar Sunderland, lo cual para España puede convertirse en una oportunidad si efectivamente conseguimos que Nissan traiga parte de las capacidades al país”, explicó. “Hay capacidad no solo para absorber lo que tiene Sunderland, sino futuros proyectos de inversión que vengan de la mano de Renault o de otro fabricante”, zanjó.

El deseo contrasta con el silencio de Maroto durante los meses previos a que la compañía japonesa anunciase su voluntad de cerrar la fábrica de Barcelona, a pesar de que la clausura se veía a venir. La ministra viajó a Yokohama, sede del constructor, eso sí.

Además, Nissan sí estudio durante meses traer un modelo de  a la capital catalana para salvar la planta de Zona Franca. Tal y como avanzó Economía Digital, tenía sobre la mesa importar un vehículo desde el Reino Unido para ensamblar a partir de 2024. El elegido probablemente hubiese sido el Nissan Leaf, el eléctrico más vendido del mundo. Aunque seguramente no habría cambiado nada, la ministra no levantó entonces la voz.

Nissan también aprieta para llevar modelos de España a Sunderland

Pero las palabras de Maroto solo son un contraataque a las hostilidades iniciadas desde Reino Unido. Con la incertidumbre del brexit y la reestructuración de la alianza Nissan-Renault de por medio, Sunderland quiere llevarse el Renault Captur y el Renault Kadjar, dos modelos que ahora se fabrican en Valladolid y Palencia.

Los rumores sobre las intenciones de la firma nipona circulan desde la primavera y su consejero delegado, Makoto Uchida, los confirmó en una entrevista concedida a Les Échos en junio Cuestionado sobre el interés de hacerse con ambos vehículos, el directivo admitió la existencia de «conversaciones» con Renault y lanzó un aviso: «la huella industrial de Nissan será un elemento clave para fortalecer la alianza (…) sus miembros deben apoyarse mutuamente».

En la conversación, Uchida recordó que su aliado francés ya ensambla vehículos para Nissan como el Nissan Micra –en la misma plataforma que el Renault Clio— y las furgonetas nv200, hechas previamente en Barcelona. Sus pretensiones no pueden ser más claras: «Renault ya fabrica para nosotros y precisamente ahora estamos pensando en la distribución del rol de cada uno en la producción de vehículos; Renault comprobará si es competitivo producir de vehículos en nuestras plantas. 

Como argumento, Sunderland puede aprovechar que los dos automóviles de made in Spain comparten plataforma con el Nissan Juke y el Nissan Qashqai, ensamblados en la fábrica. La infraestructura tiene capacidad para 500.000 vehículos anuales, aunque solo saque a la carretera alrededor de 350.000 unidades por ejercicio. Además, no hay en el horizonte un nuevo modelo de Nissan que llene el vacío después de que la compañía le retirase la asignación del Nissan X-Trail por miedo al brexit.

Hacerse con un vehículo de Renault parece ser la estrategia escogida por la compañía, más después de hacerse con el liderazgo de los SUV medianos dentro de la alianza. Por ello, el Renault Kadjar, fabricado en Palencia y que supone el 50% de los coches hechos en la instalación, puede ser la víctima escogida. Además, las cifras cuadran: los vehículos que salen al mercado cada año rondan los 150.000, precisamente el espacio disponible en el centro británico.

Carles Huguet

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