El Gobierno rechaza una alianza ibérica con Iberdrola y Merlin para la gigafactoría de IA
La candidatura de Iberdrola y Merlin apostaba por unir fuerzas bajo el paraguas ibérico pero el Gobierno ha hecho oídos sordos a las recomendaciones de Europa
Montaje realizado por Economía Digital.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido no integrarse junto a Iberdrola, Merlin Properties y la candidatura portuguesa para la creación de una gigafactoría de inteligencia artificial (IA), según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL. El proyecto, clave dentro del plan europeo de 25.000 millones de euros, está destinado a fortalecer la infraestructura tecnológica en Europa.
Aunque diversos actores del sector consideran que la colaboración con grandes empresas como Iberdrola y Merlín podría haber fortalecido la propuesta española, el Ejecutivo ha optado por seguir adelante con su propuesta independiente, junto a grandes compañías como Telefónica, ACS y Nvidia, que se centrará en el desarrollo de un complejo propio en Mora Nova, en la provincia de Tarragona.
El proceso de selección, que comenzó con 46 candidaturas, ha ido reduciéndose a medida que las entidades europeas evaluaban las propuestas. En las últimas semanas, la Unión Europea ha recomendado a los países unificar sus candidaturas para aumentar las probabilidades de éxito.
De hecho, las conversaciones entre las principales candidaturas españolas —lideradas por Telefónica y Merlín Properties— han tenido lugar, pero no han dado como resultado una alianza formal.

Merlín Properties ofreció al Gobierno el complejo Arasur, que estaría listo para 2026, como opción para albergar la gigafactoría. Sin embargo, el Gobierno ha decidido no aceptar la propuesta y seguir adelante con su propio plan, respaldado por el Gobierno de Cataluña, liderado, precisamente, por el socialista Salvador Illa.
Francia y Alemania, aseguradas; España, a la espera
Fuentes cercanas a las negociaciones han indicado que la Unión Europea ya tiene aseguradas las gigafactorías para Francia y Alemania, países que lideran la Unión en términos tecnológicos y económicos.
Las otras tres gigafactorías se repartirán entre España, Italia, los países nórdicos y los del este de Europa.
En este contexto, España se enfrenta a una fuerte competencia para asegurar su lugar entre los cinco proyectos seleccionados.
En cuanto a la opción de una candidatura conjunta entre España y Portugal, que algunos actores del sector consideran la más sólida desde un punto de vista técnico y político, el Gobierno español ha decidido rechazarla.
A pesar de que Portugal ha expresado su interés en colaborar, lo hará de manera independiente, sin formar parte del plan español.
Un enfoque ibérico, según algunos expertos, habría permitido a la Península Ibérica consolidarse como un centro clave para la inteligencia artificial en Europa, pero la decisión del Gobierno español ha sido clara: seguir adelante con su propio proyecto.
Iberdrola y Merlin, un plan ya construido
Uno de los mayores obstáculos para el desarrollo de la gigafactoría de IA en España es el tiempo necesario para la construcción de la infraestructura.
El Ministerio de Transformación Digital, liderado por Óscar López, ha confiado en ACS, la empresa presidida por Florentino Pérez, encargada de construir la gigafactoría en Mora Nova, pero los plazos de ejecución resultan más largos que los de la propuesta de Merlín Properties.

Aunque la Unión Europea esperaba resolver las adjudicaciones en diciembre, se prevé que este proceso se retrase hasta abril o mayo de 2026, lo que dejaría a ACS sin capacidad para comenzar la construcción hasta 2026, con un periodo mínimo de cuatro años de obra.
Esto implicaría que la gigafactoría no estaría operativa hasta 2030, un retraso significativo en comparación con la candidatura de Merlín, que ya cuenta con el complejo Arasur, listo para entrar en funcionamiento en 2026.
Europa contra la dependencia de China
El plan de gigafactorías de la Unión Europea es una iniciativa clave dentro de la estrategia para fortalecer la autonomía tecnológica del continente, especialmente en sectores estratégicos como la inteligencia artificial, la computación en la nube y la fabricación de semiconductores.
Con una inversión global de 25.000 millones de euros, la UE busca crear una infraestructura robusta que permita a Europa competir de forma más eficaz con las grandes potencias tecnológicas, como Estados Unidos y China.

El objetivo es construir varias gigafactorías en todo el continente, que no solo impulsen la investigación y desarrollo en IA, sino que también generen empleo, fomenten la innovación y refuercen la seguridad y la soberanía digital de Europa.
A través de este proyecto, la UE pretende convertirse en un líder global en tecnologías de vanguardia, reduciendo su dependencia de proveedores externos y posicionándose como un centro clave para el desarrollo de soluciones tecnológicas de próxima generación.