Colapso inmobiliario: esta empresa entra en concurso de acreedores al perder 580 millones
La compañía vivió un fuerte impulso durante los años de la burbuja inmobiliaria
Una empresa del sector entra en concurso de acreedores
Una empresa del sector inmobiliario ha entrado en concurso de acreedores al acarrear pérdidas de más de 580 millones desde el famoso estallido de la burbuja, momento en el que comenzó la crisis del año 2008 y la construcción quedó muy debilitada. Esta compañía es Proinsa, conocida por sus proyectos en el País Vasco y por estar metida en el Caso Malaya.
La Operación Malaya es conocida como el mayor entramado de corrupción urbanística en España. Fue una operación judicial de gran envergadura que sucedió en el municipio de Marbella, provincia de Málaga.
La investigación arrancó entre los años 2005 y 2006, antes de que estallara la burbuja inmobiliaria. Se detectó que cargos públicos, promotores inmobiliarios, abogados y testaferros colaboraban para obtener licencias urbanísticas de forma irregular, concesiones amañadas, cohecho y blanqueo de capitales.
Durante el proceso judicial, se llegaron a procesar cerca de 95 personas, de las cuales decenas fueron finalmente condenadas. Se trató de un caso paradigmático porque puso sobre la mesa la combinación de urbanismo, turismo, especulación y corrupción institucional en un entorno como el de la Costa del Sol.
Dentro de este entramado estaba presente la empresa que ahora se encuentra en concurso de acreedores. Agustín Aguirre Iguiñiz fue presidente de Proinsa y estuvo directamente involucrado en el Caso Malaya.

Como hemos mencionado anteriormente, este caso llegó a incluir a más de cien personas investigadas y se dividió en unas cuarenta causas distintas. Entre ellas se encontraba una ramificación en el País Vasco, en la cual la empresa Proinsa aparecía mencionada repetidamente.
Como consecuencia de esta situación, la Hacienda Foral de Gipuzkoa abrió una revisión y pesquisa del impuesto de sociedades correspondiente a los ejercicios de 2006 a 2009. Esa actuación concluyó con la emisión de liquidaciones e intereses que, a día de hoy, alcanzan los 110 millones de euros. Unos años después, ha entrado en concurso de acreedores.
Proinsa entra en concurso de acreedores y se disuelve tras años de crisis
El proyecto inmobiliario Proinsa Desarrollo Siglo XXI, con sede en Donostia, pone fin a su andadura empresarial, según ha informado desde Crónica Vasca. El Juzgado de lo Mercantil número 1 ha declarado a la compañía en concurso de acreedores y ha ordenado su disolución definitiva.
De la misma manera, la gestión y administración de todos los bienes pasan a manos del administrador concursal, Óscar Hernando López, dejando a la sociedad sin capacidad de decisión sobre su patrimonio. La empresa estaba domiciliada en la calle Zuatzu número 6 de la capital guipuzcoana.
La compañía, ahora en concurso de acreedores, fue fundada en el año 2001. Al igual que el resto de compañías del sector, vivió un fuerte impulso durante los años de la burbuja inmobiliaria. Llegó a crear cerca de cuarenta sociedades dependientes con promociones a gran escala y grandes beneficios.

Pero el estallido de la burbuja inmobiliaria fue el principio del fin. Dio paso a un periodo de pérdidas continuadas que la llevaron a acumular un agujero económico cercano a los 580 millones de euros.
La deuda fiscal, un obstáculo insalvable
En 2016 comenzó su proceso de liquidación. A ello se sumó un procedimiento abierto por la Hacienda Foral de Gipuzkoa relacionado con el impuesto sobre sociedades de los ejercicios 2006 a 2009 y conectado al conocido Caso Malaya. La deuda fiscal e intereses derivados ascienden a 110 millones de euros, una cuantía que está recurrida ante los tribunales.
Junto a dicha reclamación, la empresa registra un pasivo financiero, comercial y entre sociedades del grupo que ronda los 16 millones. Por el lado del activo, el balance refleja 120 millones de euros, de los cuales 107 millones corresponden al valor contable de sus numerosas filiales. No obstante, la mayoría de estas llevan años presentando resultados negativos, complicando su continuidad.
La insolvencia de la matriz deja en una situación muy incierta el futuro de este entramado de subsidiarias, cuya supervivencia depende ahora del avance del proceso judicial y del margen de recuperación de sus activos. Pero por el momento, el futuro de Proinsa no pinta muy bien, a esperas de conocer si superará el concurso de acreedores.