Juicio de DIA: declara uno de los enlaces de Currás con KPMG

Tras un paréntesis de varios días por problemas para tomar declaración a testigos e imputados, vuelven a hablar los implicados en la caída de la compañía

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Los implicados en el caso DIA que todavía no han declarado en la primera fase del proceso judicial hablarán ante el juez antes de que termine la semana. Es lo que decidió el magistrado de la Audiencia Nacional, Alejandro Abascal, tras no poder tomar declaración la pasada semana a testigos e imputados por problemas técnicos con la plataforma informática.

Así, desde este miércoles están previstas varias comparecencias con el objetivo de esclarecer quién es el responsable de las maniobras contables en DIA que llevaron a la compañía a perder cerca del 80% de su valor en bolsa en apenas unas semanas bajo la dirección de Ricardo Currás y la presidencia de Ana María Llopis.

Hablarán esta semana Antonio Arnanz, ex director financiero del grupo, e Isabel Fernández de Córdoba, ex directora de auditoría interna, quien volverá a prestar declaración porque no finalizó su comparecencia el miércoles de la pasada semana. Arnanz, según declaró Currás la pasada semana y recogió EFE, era, junto a Amando Sánchez y Borja de la Cierva, uno de los enlaces de DIA con KPMG.

El socio de KPMG en DIA, Carlos Peregrina, no comparecerá hasta que el juez no tenga toda la información que pidió a la cadena de supermercados sobre sus comunicaciones con el auditor y que ésta afirmó no poder entregar porque había borrado de sus servidores. Su testimonio también es clave: el informe forensic sobre DIA elaborado por EY exculpa a la auditora pero la plataforma de afectados de DIA, querellantes en el caso y representados por el bufete Gesico, sospechan de su papel.

La compañía auditora, que trabajó para DIA durante más de 20 años, siempre ha defendido su trabajo en la compañía —el auto de enero de la Audiencia Nacional narra que fue KPMG quien detectó las irregularidades— y ha afirmado que cooperará con la justicia. 

El juez rastrea 50 millones que no cuadran en las cuentas

La investigación sobre DIA y su posterior caída en bolsa persigue qué prácticas irregulares se llevaron a cabo durante el mandato de Ricardo Currás en sus últimos años al frente.

Se sospecha que el antiguo máximo responsable de la cadena de supermercados y los principales directivos cometieron varias irregularidades, como la previsión de ingresos no justificados procedentes de negociación con proveedores o la incorrecta contabilización de ingresos derivados de cargos, también a proveedores, de marca propia.

Economía Digital ya publicó la pasada semana que parte de este problema ya se resolvió en otras instancias judiciales a principios de año. DIA fue condenada a abonar cerca de 68.000 euros a un proveedor por un acuerdo sobre los rappel, como así se denominan a los descuentos comerciales que se obtienen cuando se alcanza un determinado volumen de compras.

Es una práctica que DIA ha utilizado en los últimos años y que la empresa, de acuerdo a sus cuentas consolidadas, reconoce que se anota en el momento en el que es probable que se vayan a cumplir las condiciones que determinan su concesión.

Todos culpan a Currás

De momento, todas las declaraciones se han inclinado hacia el mismo lado: Currás, que fue consejero delegado de la compañía durante nueve años, es el máximo responsable de lo sucedido en la compañía de supermercados y el cerebro en el maquillaje de las cuentas para aparentar que los objetivos se cumplían y cobrar así el bonus anual. 

Así lo sugirió la exdirectora de compras, Susana Pagés, que compareció para confirmar que se cometieron irregularidades en DIA. También compartió esta tesis Amando Sánchez, considerado durante muchos años número dos de Currás. Aseguró que él solo estaba centrado en la dirección ejecutiva de Portugal y que casi no tenía relación directa con la información financiera que se investiga ahora.

Otros dos ejecutivos de peso, Juan Cubillo, responsable del área a nivel de grupo, y Luis Martínez, jefe de la misma sección para España, no solo señalaron a Currás como la persona que llevaba la voz cantante a la hora de cuadrar las cuentas, sino que contaron que pedía personalmente que fueran más agresivos en las negociaciones con los proveedores.

El ex consejero delegado de DIA, por su parte, negó las irregularidades y las calificó de errores, al mismo tiempo que derivó las posibles responsabilidades entre los diferentes directivos que estuvieron en la casa bajo sus órdenes.

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