La plantilla de Gestamp y Ficosa, llamada a la huelga por el convenio del metal en Barcelona

Los sindicatos de la siderurgia de la provincia han convocado paros para los días 28 y 29 de octubre para reclamar que se mantenga el poder adquisitivo de los trabajadores

Una manifestación del sector del metal de Barcelona. CCOO

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El sector del metal de Barcelona se planta. Los sindicatos han convocado huelgas para los próximos 28 y 29 de octubre para exigir una renovación del convenio colectivo y garantizar que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo. A sus demandas, la patronal del sector, la Unión Patronal Metalúrgica (UPM), alerta de la dificultad de asumir subidas indexadas el IPC por el incremento de los costes de producción.

Entre los cientos de compañías que se rigen por el convenio en cuestión, están convocadas a las protestas grandes empresas del sector como los proveedores automovilísticos Ficosa, Gestamp, a través de su filial local Metalbages, o Denso. También se han adherido a la huelga el mayor fabricante de semielaborados de cobre de España, La Farga; y Elecnor, que construye proyectos en sectores de infraestructuras y energías renovables.

A estas multinacionales se le sumaran las pequeñas y medianas empresas que forman gran parte del tejido siderúrgico barcelonés: alrededor del 80% del sector está conformado por sociedades de menos de 50 empelados, según explica José Juan Marin, el secretario general de acción sindical de CCOO Industria. En total, unos 160.000 trabajadores se rigen por este convenio, el más cuantioso de Cataluña.

Los sindicatos mayoritarios están preparando una concentración cerca de la fábrica de Seat en Martorell para el jueves y una segunda protesta frente a la sede de la patronal el día siguiente en la capital catalana. La automovilística tiene su propio convenio de empresa, por lo que su plantilla no está llamada a la huelga, pero para la parte social “es un símbolo de la industria”, dado que una parte importante de las siderúrgicas de la provincia son proveedores automovilísticos, según Marin.

Aunque los sindicalistas ven improbable una desconvocatoria, se espera que a principios de semana se retomen las mediaciones con UPM y el departamento de Trabajo de la Generalitat de Cataluña para intentar cerrar el acuerdo antes de los paros. Los sindicatos ya han anunciado la posibilidad de convocar otros días de huelga si la negociación no avanza.

Las subidas salariales y las cláusulas de compensación

El principal punto de conflicto que ha llevado al sector a la huelga es la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores por la subida generalizada de precios. Aunque no ponen números sobre la mesa, sino “conceptos”, los empleados piden un incremento salarial que cubra el IPC o una buena parte de este, además de una cláusula de garantías salariales.

“Hay otras cosas que tienen valor para los trabajadores y podría paliar los esfuerzos que deben de hacer las empresas para pagar el IPC tan extraordinario de este año”, apunta Marin. En este sentido, la parte social aceptaría una reducción de la jornada laboral que supusiera cubrir un punto y medio de la subida de precios.

Otro de los puntos de clave es la existente cláusula de compensación y absorción incluida en el convenio actual. La parte social exige eliminarla definitivamente para evitar que los incrementos salariales sean compensados “con otros pluses voluntarios”, según matiza el secretario de acción sindical de UGT-FICA, Nardi Fuertes. La compensación y absorción es un mecanismo que tienen las compañías para no subir obligatoriamente los salarios una vez se ha revisado un convenio, siempre que el sueldo sea superior al que se establece en la subida.

Por último, los empleados quiere participar en el futuro de las empresas “integrando los comités de empresa en los planes industriales de las compañías”, según el representante de CCOO. En este sentido, exigen un plan de formación para que los trabajadores con experiencia en el sector puedan adaptarse a los nuevos tiempos, marcado por la digitalización de los procesos productivos y la electrificación de Seat.

Fuentes de UPM consultadas encuentran “prudente” esperar a que finalice la negociación entre las partes antes de hacer declaraciones. Los empresarios del metal se limitan a recordar que están sufriendo “incremento tras incremento” en los costos de producción y pide a los sindicatos “entender la situación”.

Acuerdo en Tarragona

En un principio, los trabajadores también habían convocado una huelga los próximos 24 y 25 de octubre para desencallar el convenio sectorial de la provincia de Tarragona, pero se levantó este jueves tras llegar a un preacuerdo con la Asociación Provincial de Empresarios del Metal de Tarragona (APEMTA). Este pacto tendrá que ratificarse por las principales asambleas sindicales de la provincia.

Según informaron UGT y CCOO en un comunicado, las partes han acordado un convenio con vigencia de cuatro años con una subida salarial del 6,4% para este año, del 3,4% en 20213, un 2,8% en 2024 y un 2,46% para 2025. El nuevo documento establece una cláusula de revisión salarial de aplicación automática al final de la vigencia que garantiza el 85% de la diferencia de la suma de los IPC real de estos años y la suma de los incrementos acordados.

Los sindicatos y la patronal cierran el convenio del metal en Tarragona hasta 2025

El convenio de Tarragona también elimina la cláusula de compensación y absorción, mientras que aprueba una reducción de la jornada laboral, que a partir de 2023 será de 1.744 horas, consiguiendo una disminución de 16 horas anual de jornada.

Según los sindicatos consultados, APEMTA “ha entendido su responsabilidad” i la necesidad de “compartir el incremento de beneficios” que obtenga. En contraposición, acusan a UPM de “irresponsables” y de “estar acostumbrados a llevar las negociaciones al abismo”.

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