La plantilla de Unipost desconfía del plan de los Raventós

Los trabajadores no aceptan el calendario de pagos de los atrasos y mantiene las huelgas. La familia también tiene problemas con los sindicatos en Codorníu

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El plan de Unipost para ponerse al día con las nóminas no convence a la plantilla del grupo postal, que decidió no abandonar las reivindicaciones y seguir con las huelgas, que iniciaron en septiembre y que se reanudarán el próximo lunes, según han explicado fuentes del comité de empresa a Economía Digital. Unipost ha declinado hacer declaraciones.    

El conflicto entre el grupo postal de la familia Raventós y los sindicatos viene de lejos. Los retrasos en las nóminas han sido una constante en los últimos años, hasta que el pasado verano, la empresa troceó la extra para pagarla en diez meses. Ante esta situación, y el expediente de regulación de empleo (ERE) de reducción de jornada, la plantilla inició paros parciales a principios de septiembre.

Sin acuerdo

Tras el inicio de estas protestas, la dirección y el comité de empresa de Unipost se han reunido en varias ocasiones para atajar el problema de los sueldos adeudados a la plantilla. Como explicó este medio, la empresa propuso un plan para pagar al día y abonar la extra pendiente antes de fin de año, pero el comité de empresa, formado por UGT, CCOO y CGT, se negó a firmar sin consultar a la plantilla.  

En varias asambleas en los distintos centros de trabajo, los empleados de Unipost decidieron seguir con las reivindicaciones hasta que no se normalice el cobro de las nóminas y la empresa no les deba nada. Inicialmente, la compañía que dirige Pablo Raventós condicionó el plan de pagos a la firma del comité de empresa, pero ante su negativa definitiva, le comunicó este mismo martes que iba a tirar para adelante el plan con o sin acuerdo.

Dicho plan también incluye la reducción del ERE de reducción de jornada en Madrid, previsto hasta finales de marzo, pero que finalmente podría finalizar el próximo 31 de diciembre.  

Buscando dinero  

Tras años con problemas para pagar las nóminas, Unipost se propuso ponerse al día en tres meses –seis contando la devolución de un recorte de 2014, obligado por una sentencia del Supremo–, tras conseguir la entrada de oxígeno. Oxígeno en forma de crédito, en concreto un préstamo participativo de entre tres y cuatro millones concedido por la agencia pública catalana Avançsa.

La empresa de los Raventós negocia con los bancos, a los que debe casi 20 millones de euros, nuevas líneas de crédito, pero según explicaron fuentes cercanas a la compañía, las entidades no estaban por la labor de prestar más dinero a una empresa que no ha dejado de tener problemas en los últimos años. Aun así, ambas partes siguen negociando para que, tras el acuerdo con la Generalitat, la banca también se sume a la refinanciación de Unipost.

Protestas también en Codorníu

Los paros en Unipost, convocados para el 10 de octubre y que irán acompañados de protestas, no son el único problema con los sindicatos que tiene sobre la mesa la familia Raventós. También sufrirá protestas en los próximos días su empresa más emblemática, Codorníu, menos acostumbrada a estos enredos y más a la paz social.

El comité de empresa del fabricante de cava y vinos presidido por Mar Raventós convocó un acto de protesta para este próximo viernes, ante el stand de Codorníu en la feria Cavatast, que se celebra en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona), la cuna del cava. El motivo, el despido disciplinario de un trabajador, según informó CCOO.

Xavier Alegret

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