La transición de Stellantis hacia al coche eléctrico pone en riesgo a 1.650 trabajadores en Figueruelas

Los sindicatos esperan poder recolocar a los trabajadores afectados en otros puestos vinculados a la digitalización

Vista de una planta de producción de automóviles. EFE/Javier Cebollada.

Vista de una planta de producción de automóviles. EFE/Javier Cebollada.

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Antes de 2035, la industria automóvil tiene que completar su giro de 360 grados y dejar de producir coches de combustión para dedicar todo su esfuerzo al vehículo eléctrico. Sin embargo, esta apuesta pasará factura a los trabajadores de las fábricas, dado que la producción de automóviles sostenibles requiere menos mano de obra. En la planta de Stellantis -el conglomerado que agrupa a Citroen, Peugeot, Opel y Fiat de Figueruelas, en Zaragoza, sobrarían unos 1.650 empleados, según fuentes sindicales. 

Estas fuentes apuntan a la posibilidad que el 30% de los empleados de la fábrica donde trabajan unas 5.500 personas vea en riesgo su empleo por la transición hacia la electrificación. La representación de los trabajadores espera que la desaparición de estos puestos de trabajo se pueda compensar con nuevas oportunidades en “procesos más especializados” como “la capacitación o digitalización”.

Desde la empresa, consideran que es pronto para hacer estimaciones, pero esperan poder preparar la fábrica para que “sea competitiva” con la menor afectación posible. De hecho, se han presentado al PERTE por el vehículo eléctrico y conectado (VEC) para poder acoger nuevos modelos. Por ahora, la planta de Figueruelas del grupo fruto de la fusión entre Fiat y PSA construye los modelos Corsa y Crossland de Opel y el Citroën C3 Aircross. Solo el Corsa tiene versión electrificada, cuyo ensamblaje es exclusivo de la fábrica zaragozana. 

Los sindicatos consideran que esta transición puede ser “muy dura para el sector” hasta el punto de ponerles en jaque, ya que creen que “el país no está listo” para este cambio dado el coste del vehículo eléctrico o el lento despliegue de infraestructuras de recarga. Por eso, piden al gobierno que tome medidas para equiparar los objetivos a la situación del sector.

2.800 afectados en Seat Martorell

Los sindicatos de la fábrica zaragozana se suman a las predicciones de los representantes de CCOO y UGT de la planta que tiene Seat en Martorell, Barcelona. Ya durante la negociación del nuevo convenio de empresa, apuntaron a un sobrante, también del 30%, que en su caso equivale a unos 2.800 trabajadores. El centro catalán pasará a producir un vehículo eléctrico en 2025, lo que afectará a 1.948 trabajadores vinculados a la producción y a 966 de otros departamentos.

Los dos principales sindicatos de la filial española de Volkswagen reclaman como compensación un plan de futuro con medidas que reduzcan este excedente. Por ejemplo, piden alternativas vinculadas a la movilidad sostenible para al centro de Componentes de El Prat de Llobregat, también en Barcelona, que fabrica cajas de cambios. Otra opción pasaría por adjudicar a la planta de Martorell una segunda plataforma para ensamblar un vehículo eléctrico superior al urbano pequeño que ya prevé fabricar.

Almussafes se salva por la entada de dos modelos eléctricos, pero se esperan recortes en plantilla

A una situación similar, pero con mejor punto de partida, se enfrentan los trabajadores de Ford en Almussafes (Valencia). La dirección de la multinacional asignó a la planta valenciana dos modelos eléctricos que garantizan la vida útil de la planta más allá del 2025, cuando la firma estadounidense pasara a producir solo vehículos de cero emisiones. Aun así, y aun sin datos; no se descartan recortes en la plantilla.

En ERTE por los microchips

El automóvil embarca este camino hacia la electrificación con una barrera de por medio: la crisis por la escasez de semiconductores. Como en toda la industria, la planta zaragozana de Stellantis va con retrasos, pero los trabajadores aseguran que, dentro del contexto general y con “momentos puntuales de crisis” son “afortunados”. Sin atreverse a hacer previsiones, la empresa fabrica dependiendo de su demanda, es decir, solo salen del centro los coches con comprador, lo que les permite “vascular la producción” en función de los modelos más demandados. 

Para poder flexibilizar los horarios en función de los materiales disponibles y por la posibilidad de un descenso de la demanda, Stallentis y los sindicatos acordaron un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) de hasta 70 días para 3.200 trabajadores para este 2022. En las últimas semanas, no ha tenido afectaciones graves.

En 2021 la planta de Figueruelas tuvo que parar la fabricación de forma intermitente por la crisis de los microchips. Aunque el 2022 está siendo más estable, aún no se ha podido abrir el turno de noche, ya que la falta de suministros ha impedido recuperar el 100% de la actividad. Stellantis tiene la voluntad de volver a abrirla si la escasez de estos materiales da una tregua.

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