Naturgy mantiene su hoja de ruta pese a la presión del Gobierno

Teresa Ribera ha opinado abiertamente sobre los planes corporativos de la compañía que, por su parte, se mantiene a lo suyo

Naturgy

El presidente de Naturgy, Francisco Reynés.

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El Gobierno y sus ministros suelen ser precavidos -casi siempre- a la hora de juzgar o valorar cuestiones internas de las compañías. Y más cuando se trata de planes estratégicos que afectan directamente a la evolución de una empresa. Sin embargo, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha decidido en menos de una semana hacer diversas apreciaciones sobre Naturgy que, pese a todo, no varía en nada su hoja de ruta.

Hace unos días, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la también vicepresidenta ya dejó clara su postura con respecto a las cuestiones corporativas que rodean a la gasista -debido a su posición estratégica-. El Gobierno velará «con particular atención», en el proceso de segregación, y añadía que habría que «vigilar si se cumplen las condiciones que se fijaron por el Consejo de Ministros o no» para la opa de IFM.

Una vez lanzado el mensaje, parecía que la ministra volvería ‘a sus zapatos’, en este caso, medidas para afrontar el invierno. Pero todo ha saltado por los aires este lunes con una entrevista concedida al diario Cinco Días. Directamente, la ministra ha señalado que no le convence mucho el ‘Proyecto Géminis’. Con los motivos no ha sido tan clara, y ha aludido a cuestiones de financiación, inversiones y problemas de suministro.

¿Pero hay argumentos reales para preocuparse por la división de Naturgy? Teresa Ribera ha dicho que «la segregación de Naturgy no es conveniente en este momento». Lo más curioso es que la gasista considera exactamente lo mismo.

Hace apenas 10 días, el presidente de la compañía, Francisco Reynés, explicaba meridianamente claro en un evento público organizado por CEOE cuál era la postura actual de la empresa con respecto a la escisión: «Debe presidir la prudencia y tener una visibilidad de medio y largo plazo«.

«No se puede salir de puerto y decidir el rumbo sin mirar el parte meteorológico, tenemos un parte meteorológico que dice bastantes cosas no muy agradables, y eso es donde estamos», dijo; añadiendo que el proyecto tiene «todo el sentido estratégico, aunque debe presidir la prudencia antes de la ejecución«.

Los extraños motivos de la ministra

Pese a la contundencia del mensaje de Reynés, donde se abriga bajo el manto de la prudencia, la ministra Ribera tiene su propio relato sobre la situación. «Creo que no es una operación que, en estos momentos, sea conveniente desde el punto de vista de la templanza, la estabilidad y las garantías para determinadas actividades reguladas».

Además, la también vicepresidenta habla de problemas con el aprovisionamiento, así como la reinversión. Con respecto a lo segundo, y según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes del sector, los planes de Naturgy a nivel de inversión en redes, infraestructuras y garantías de suministro, siguen totalmente igual. No existe en su hoja de ruta ninguna variación.

En cuanto al aprovisionamiento, las dudas que pone sobre la mesa la ministra son desconcertantes, y así lo ven expertos del sector. Señalan que tiene poco sentido comercial, o ninguno, que la principal gasista española ponga en riesgo la esencia de su negocio. Y que eso, sea quienes sean los accionistas de referencia, en ningún caso terminará sucediendo por una cuestión básica empresarial.

Ante este panorama, Naturgy lleva semanas enfrentada a la rumurología sobre el futuro de la compañía. Tanto en lo que afecta a sus accionistas, como a la escisión de la empresas, así como los activos resultantes de la misma. Sin embargo, la compañía, con su presidente a la cabeza, mantiene la prudencia por bandera.

Raúl Masa

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