Puigdemont se distancia de Colau y apoya la gestión público-privada

Puigdemont defiende la gestión de servicios a través de empresas mixtas en el acto del 150 aniversario de Agbar, sin representantes del consistorio de Barcelona

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Apoyo total. Desde su propia experiencia como exalcalde de Girona. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha distanciado de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y ha apoyado la gestión público-privada de servicios públicos como el agua, en un acto para conmemorar el 150 aniversario de Agbar.

Con la atenta mirada del presidente de Agbar, Angel Simón, que le ha pedido a Puigdemont que mantenga “el acutal modelo de éxito”, el presidente catalán ha reclamado que se abandonen las etiquetas, sobre lo público o lo privado, y se analice primero “cómo prestar un servicio de calidad, porque la gestión posterior será una consecuencia de ese análisis inicial”. Es decir, dejar de lado la ideología, y mejorar el servicio. “Se debe analizar caso por caso”, ha insistido Puigdemont, dejando la pelota en el tejado del Ayuntamiento de Barcelona, que mantiene un litigio con Agbar, por la empresa mixta que gestiona el agua en el área metropolitana.

Puigdemont pide dejar de lador los apriorismos y apostar por lo que funciona

A pesar de que Puigdemont ha coqueteado con Colau, aunque busca el apoyo de Els Comuns para el referéndum del 1 de octubre, el presidente de la Generalitat mantiene grandes diferencias sobre la apuesta ideológica de la alcaldesa de Barcelona, que no ha estado presente en el acto de Agbar, ni ningún representante del consistorio, lo que ha contrastado con la asistencia de empresarios, dirigentes patronales, y alcaldes metropolitanos, como Núria Marín, de L’Hospitalet o Josep Fèlip Ballesteros, alcalde de Tarragona.

Puigdemont cuenta con el apoyo en el Govern del consejero de Territori i Sostenibilitat, Josep Rull, que tiene claro que el modelo mixto de gestión es “eficaz” y de “calidad”. Rull conoce la experiencia del municipio de Terrassa, –su ciudad natal– que desea remunicipalizar el servicio del agua, a partir del final de la concesión a la empresa Mina, participada por Agbar. Pero el propio Puigdemont entiende que la gestión mixta es un buen modelo, a partir de la experiencia en Girona, donde, pese a los cantos de remunicipalizción de los grupos representados en el consistorio, la gestión corre a cargo de empresas privadas y los ayuntamientos de Girona, Salt y Sarrià de Ter.

Según el presidente catalán, por tanto, “no se debe caer en apriorismos, sino en ver quién lo puede hace mejor para prestar el servicio”.

Las palabras de Puigdemont se han entendido como un claro apoyo a la propia empresa, a Agbar, que mantiene un pulso con Els Comuns y el Ayuntamiento de Barcelona por la empresa mixta que gestiona el agua en el área metropolitana. Es una clara diferencia respecto al anterior presidente, Artur Mas, que protagonizó el conflicto por el control de Aigües Ter Llobregat (ATLL), tras un concurso fallido que ganó, inicialmente, Acciona, por delante de Agbar, y que la empresa que preside Angel Simón acabó recurriendo, hasta el punto de que todo está a la espera ahora de la sentencia final del Tribunal Supremo.

El Govern quiere pasar página al conflicto con Agbar, con Josep Rull como capitán de esa operación

La prueba de que el Govern de la Generalitat quiere encauzar la cuestión es que en el acto en Cornellà del 150 aniversario de Agbar, en el Museo de las Aguas, han asistido, además del propio Puigdemont, el consejero Rull, y la consejera de Agricultura Meritxell Serret. También han querido estar presentes altos cargos de la empresa pública ACA, lo que evidencia que se quiere superar la etapa de conflicto.

Y uno de los impulsores de ese clima, además de la propia empresa, ha sido Josep Rull, que apuesta sin fisuras por los modelos de gestión público-privados. 

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