Rosauro Varo vira de Telefónica al ladrillo de lujo con inversiones por 250 millones en 2025

El empresario refuerza su perfil como gestor patrimonial con una intensa actividad en vivienda ‘prime’

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Montaje realizado por Economía Digital.

Rosauro Varo ha dado un paso al lado en el IBEX para dar dos al frente en el ladrillo. Su dimisión voluntaria de los órganos de Telefónica, formalizada en diciembre de 2025, no es un punto final, sino un cambio de escenario: del gobierno corporativo de una gran cotizada a la gestión directa de un holding propio que apuesta con fuerza por el inmobiliario de lujo.

Hasta ahora, Varo compatibilizaba su faceta de empresario con un papel relevante en Telefónica, como vicepresidente del consejo de Telefónica Audiovisual Digital (Movistar+) y miembro del Consejo Asesor de Telefónica España.

Su salida, adelantada por El Confidencial, responde a una decisión estratégica: concentrarse al 100% en GAT Inversiones, el vehículo con el que articula sus participaciones en ocio, turismo e inmobiliario.

El principal exponente de esa nueva etapa es Grupo GS, promotora especializada en residencial prime, donde Rosauro Varo actúa como socio inversor a través de GAT Inversiones.

Rosauro Varo. Telefonica.
Rosauro Varo.

El grupo cerrará 2025 con un volumen de inversión de cerca de 280 millones de euros, una cifra que lo sitúa ya en la primera línea del segmento alto del mercado inmobiliario español.

El ritmo de ejecución ha sido especialmente intenso en el arranque del año: solo en el primer cuatrimestre, la compañía lanzó promociones por valor de 137 millones de euros, en un contexto de tipos todavía elevados y clara desaceleración del mercado residencial convencional.

La apuesta de GS es deliberada: vivienda exclusiva, altos estándares de sostenibilidad y ubicaciones donde la demanda de compradores de alto patrimonio se mantiene sólida.

El mapa de inversión de Grupo GS tiene un claro epicentro en Andalucía, territorio donde Varo concentra algunos de sus proyectos más personales.

El más relevante es Zahara de los Atunes, una promoción conjunta entre GAT Inversiones y Grupo GS con una inversión de 85 millones de euros, concebida como un desarrollo residencial de alto nivel en uno de los enclaves más cotizados del litoral gaditano.

A este proyecto se suman operaciones emblemáticas en la Costa del Sol: GS Royal River, en Marbella, con 30 millones de euros en la zona de Río Real; y GS Limonar Hills, en Málaga capital, con 14 millones, en uno de los barrios de mayor renta de la ciudad.

La estrategia de GS no se limita al sur. En Galicia, el grupo ha dado el salto al norte con GS Silgar, en Sanxenxo, una promoción de 17 millones de euros, además de nuevos proyectos en Vigo.

Rosauro Varo da el salto al hotelero con 100 millones

Rosauro Varo avanza en la diversificación hotelera con una operación de calado en La Antilla (Huelva): un complejo mixto residencial-hotelero de 102 millones de euros, desarrollado junto a José María Pacheco, presidente de Konecta.

Madrid completa el triángulo estratégico. La promotora consolida su presencia en la capital con desarrollos premium como GS La Cornisa, dirigidos a un comprador nacional e internacional que busca producto exclusivo en ubicaciones prime.

El trasfondo de esta expansión es una lectura muy concreta del ciclo económico. Frente a la volatilidad financiera, la inflación persistente y la incertidumbre geopolítica, el inmobiliario de lujo se comporta como un activo refugio. La demanda es menos sensible al precio del dinero, la oferta es estructuralmente limitada y el comprador prioriza calidad, localización y conservación del valor a largo plazo.

Grupo GS se apoya, además, en un «club de inversores» presidido por José Luis Vera Carrillo, en el que figuran empresarios y family offices de alto perfil, como Carlos Herrera o Iván Bohórquez. Un ecosistema financiero que facilita coinversiones, reduce riesgos y acelera la ejecución de proyectos.

Los planes no se detienen en 2025. La hoja de ruta incluye una expansión inminente a Baleares, con Ibiza como objetivo prioritario, y el salto internacional a Portugal, con foco en Lisboa y el Algarve, dos mercados donde el residencial prime y el comprador internacional siguen mostrando tracción.

La salida de Rosauro Varo de Telefónica simboliza así algo más que un relevo de cargos: marca su consolidación como gran gestor patrimonial al margen de las cotizadas, con una estrategia centrada en activos reales, alianzas selectivas y un segmento —el lujo— que se ha convertido en uno de los pocos oasis de estabilidad en el actual ciclo económico.

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