Los Villar Mir tiran los precios de su compañía eléctrica para frenar la sangría de clientes

Las comercializadoras independientes están sufriendo en la salida de la crisis energética de los últimos años, y las consecuencias se verán en 2024

Villar Mir

Villar Mir hijo y padre, dueños de Energya VM

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Energya VM, la comercializadora eléctrica de la familia Villar Mir, lleva varios años en los puestos de honor del sector energético por número de clientes. Pero desde la pandemia, y la posterior crisis —a causa de la guerra de Ucrania—, la situación se ha complicado. Su último movimiento pasa por aumentar la agresividad comercial. 

Según informó ECONOMÍA DIGITAL el pasado verano, la compañía ha perdido más de 40.000 clientes en el pasado ejercicio. Al menos en 2022, donde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) reportó sus datos oficiales. 

La situación ha ido a peor. Según ha podido conocer este medio, el negocio de Energya VM está estancando y no ha conseguido solventar esa crisis en la captación de usuarios. En este contexto la eléctrica estaría perdiendo gente de la casa ante las incertidumbres que se dan en la empresa. 

En estas condiciones, Energya VM quiere meter presión al mercado. En un contexto donde los precios mayoristas de la energía han bajado, la compañía puede permitirse exprimir los márgenes. Además, con la firma de contratos a largo plazo (PPA) para suministro, las comercializadoras pueden ser más agresivas. 

Todo ello se da en un contexto donde se desconoce si en enero el IVA eléctrico habrá vuelto a la normalidad (21%). Ante esta situación muchas compañías están elevando la agresividad comercial para llamar la atención de potenciales usuarios ante las subidas de precios que se puedan por la recuperación de los impuestos. 

El futuro complicado 

El desgaste viene de lejos en la mayor parte de los negocios del grupo. Y eso que, no hace mucho, el poderío era notable. OHL era un actor relevante en el ámbito de las infraestructuras y la construcción; Ferroatlántica tenía su peso industrial; al igual que Fertiberia; o la inmobiliaria Espacio.  

A este entramado se sumó la división energética con Villar Mir Energía. Intentó abarcar diversos segmentos como la generación renovable y la comercialización de electricidad.  

Sin embargo, la situación se ha tornado complicada. España ha vivido una crisis energética sin precedentes, y cada compañía ha tratado de poner orden en su casa. En el caso de Grupo Villar Mir la solución pasó por poner a la venta activos e, incluso, la propia comercializadora.  

Energya VM, sin fuerza en Grupo Villar Mir 

En este contexto, los últimos meses han sido complicados para los intereses de Grupo Villar Mir que ahora comanda Juan Villar Mir (hijo de Juan Miguel Villar Mir). Por un lado, se llevó a cabo la venta del negocio eólico a F2i y Credit Agricole. Un total de 483 MW. De esta forma, salían del negocio de la generación.  

Posteriormente, y con los mismos actores, se ha negociado la venta del negocio comercial. Y aquí es donde han surgido los problemas. Tras unos meses de tiras y aflojas, y cuando parecía que todo estaba hecho, la pasada primavera se detuvo el proceso, tal y como contó El Confidencial. 

El argumento esgrimido desde Energya VM fue que la compañía había mejorado su rendimiento y, por tanto, ya no necesitaban ejecutar esta operación. Sin embargo, la tozudez de los números deja una situación algo diferente. 

Según los datos públicos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en el tercer trimestre de 2019 la comercializadora de los Villar Mir tenía 85.000 usuarios. Una cifra que ha bajado hasta los 49.000 clientes en el Q3 de 2022. 

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Raúl Masa

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