Botín pierde en España un tercio del beneficio

El Santander obtiene en el país sólo 294 millones de los 2.255 que ganó en el primer semestre del año

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Llegar a la ciudad financiera de Emilio Botín desde el centro de Madrid implica cruzar los barrios más populares de la capital española. Es un trayecto que une el poder político con el financiero. En medio, los ciudadanos. Buena parte son clientes del principal banco del euro, que custodia los depósitos de 13 millones de españoles: 30.228 millones de euros.

La sede del Banco Santander, con las banderas a media asta por el accidente ferroviario en Galicia, irradia dosis de señorío castizo combinado con rasgos de decoración asiática. Unos pequeños robots, evoluciones dignas de las aspiradoras caseras, son capaces de guiar al visitante hasta el despacho de turno.

Pero esta implantación física en el territorio no se traslada a la cuenta de pérdidas y ganancias. España supone sólo el 8% del beneficio y sigue cayendo. De los 2.255 millones de excedente generados entre enero y junio, 294 se lograron en el país. Considerando sólo este mercado, la tendencia resulta negativa a ritmos del 27,3%. ¿Por qué? La palabra mágica: dotaciones.

Futuras insolvencias

Los ingresos en el territorio nativo caen y los resultados están afectados por la repreciación de las hipotecas y el mayor coste del pasivo. El Santander ha destinado 690 millones a futuras insolvencias. En el segundo trimestre la partida subió un 33% por el mal trago que aún pasan las empresas, sobre todo las pymes.
 
Ante este escenario, el banco ha reaccionado con un recorte de los costes (-1,2%) y el impulso de la cartera de créditos. El margen de intereses crece un tímido 4%. Además, la integración con Banesto y Banif ha marcado la operativa reciente en territorio español. “Ha sido ejemplar, pactada con los sindicatos”. “En términos generales estoy satisfecho”, ha dicho el consejero delegado, Javier Marín.

El equipo de Marín
 
Marín ha debutado ante la prensa y los analistas. Lleva cuatro meses en sus funciones. Antes, explicar las líneas de la cuenta de resultados era responsabilidad del histórico número dos de Botín, Alfredo Sáenz. “No sólo me ha dado consejos profesionales, sino personales. Le sigo viendo con asiduidad”, explica Marín.
 
Pero, ¿hará Marín su propio equipo? “Esta es una organización dinámica. No puedo decirle si habrá más movimientos. La gente sale y tiene planes personales”, responde sobre hipotéticos cambios adicionales en el organigrama.

CatalunyaCaixa y Novagalicia
 
El nuevo consejero delegado ha mostrado otro talante. Sin perder la seguridad se ha apoyado con más naturalidad en el director financiero del banco, José Antonio Álvarez. Pero ni se ha despeinado cuando ha tocado respaldar a Rafael Villar Mir –vinculado a la trama corrupta del PP—. “Es un gran empresario que aporta mucho valor al consejo [del Santander]”.
 
El sistema financiero español juega el tiempo de descuento para reordenarse y el Santander opta por un rol con aires místicos. A ratos de superioridad. La posición oficial sobre la privatización de CatalunyaCaixa y Novagalicia es que “nos lo miraremos”. Pero “nuestro objetivo es ser número uno en clientes de valor” de este modo, “no nos preocupa que nuestros competidores adquieran esas entidades”.
 
Marín asegura que “tenemos mucho trabajo con la integración de Banesto y Banif”. Hasta finales de año estarán concentrados en esos menesteres. El próximo trimestre espera rematar el discurso que este miércoles ha dejado entrever. Los resultados del Santander «volverán a la normalidad» definitivamente.

Ismael García Villarejo

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