El BCE abona el terreno a nuevas ampliaciones de capital en la banca española

El supervisor exigirá más solvencia al cierre del actual ejercicio; los bancos mandan datos adicionales a Fráncfort sobre su negocio y esperan que se les comunique, formalmente, los umbrales a cumplir

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El Banco Central Europeo (BCE) exigirá más solvencia a los bancos de la zona del euro al finalizar el ejercicio. La ampliación de capital culminada con éxito por el Santander hace pocos días no será, por tanto, la única gran operación para captar nuevos recursos que se celebre en las semanas venideras.

La banca mediana española protagonizaría la llamada a los mercados, según las fuentes consultadas. El supervisor tiene previsto elevar en una media de dos puntos los umbrales mínimos a cumplir este mismo año, por lo que algunos grupos aprobarán con un suficiente raspado el próximo examen. Las referencias se fijarían entre el 8% y el 9%.

Por ahora, la responsable del mecanismo único de supervisión, Danièle Nouy, ha remitido una carta individualizada que retrata la situación de cada banco según los datos de que se dispone en Fráncfort.

Primer paso del BCE

Se trata del primer paso para fijar oficialmente los nuevos requerimientos y se remite tres meses después de las pruebas de estrés, que aprobaron todos excepto Liberbank. La franquicia asturiana captó en mayo con urgencia 475 millones para cumplir con la legislación actual.

Las entidades financieras españolas contestaron el viernes a la comunicación de Nouy aportando más información sobre su negocio así como las previsiones contables que proyectan a 31 de diciembre de 2015.

Ahora esperan la respuesta oficial con la que decidirán si buscan más recursos con los que reforzarse o si se plantean nuevas operaciones corporativas.

Próximas exigencias

El próximo paso del BCE será, de este modo, establecer las nuevas exigencias. Serán diferentes en función del peso de cada entidad. El Santander y BBVA, por su presencia internacional, constituyen el grupo sistémico y sobre el que recaerá mayor presión.

Sin embargo, los dos emblemas disponen de una posición holgada y con pocas posibilidades de que se deteriore en los próximos meses. La carta remitida desde el BCE llegó justo una semana después de que se cerrara la ampliación del Santander.

El equipo de Ana Botín niega que el organismo europeo motivara la operación. Diversas fuentes del ámbito financiero se resisten a descontextualizar ambos hechos.

Evolución del negocio

Caixabank, Bankia, el Sabadell y el Popular se engloban, por su posición escorada al mercado español, en un grupo de bancos sobre el que la presión de los nuevos requerimientos será menor, pero el BCE analizará con lupa la evolución prevista del nivel de capital.

Desde Fráncfort se señala que los problemas no vendrían por la foto fija actual, en la que todo el sector sale correctamente retratado, sino en el consumo de capital debido a la cobertura de insolvencias, quiebras y depreciaciones de activos.

A pesar de haber destinado prácticamente 150.000 millones a provisiones durante la crisis, los balances ofrecen riesgos por el capítulo de las refinanciaciones. Estas futuras tensiones afectarían a los bancos de menor tamaño, según barrunta el BCE.

Ismael García Villarejo

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