La economia española se estanca en el tercer trimestre

La contracción del gasto público y la caída de la inversión residencial fue compensada timidamente por el consumo de los hogares y la inversión empresarial

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La economía española registró una tasa de variación intertrimestral nula en el el tercer trimestre del año, frente al avance del 0,2% del trimestre anterior. Al final presenta un crecimiento del 0,7% en tasa interanual, igual que en el trimestre precedente, según el último boletín económico del Banco de España.

El instituto emisor destaca que durante el tercer trimestre ha continuado el «debilitamiento» de la economía, en un entorno marcado por el «agravamiento» de la crisis de deuda soberana de la zona euro. También indica que es preciso tomar estas previsiones con «más cautela de lo habitual» por las diferencias estadísticas que pueden surgir con el cambio de base de la Contabilidad Nacional.

La demanda interna ha experimentado un nuevo retroceso en el tercer trimestre, con una aportación negativa del 0,8%, reflejando la contracción de los componentes públicos del gasto y la trayectoria todavía descendente de la inversión residencial. Por otro lado, el consumo de los hogares y la inversión empresarial mostraron pequeños avances.

En cambio, la demanda exterior neta se mantuvo como principal soporte de la economía y amplió su contribución al crecimiento del PIB, hasta el 0,8%. Cifra justificada por el dinamismo de las exportaciones de bienes y del turismo. Con todo, las perspectivas para el último tramo del año han empeorado por la desaceleración de la economía mundial.

Consumo de los hogares

El informe del Banco de España indica que las decisiones de gasto de las familias mostraron en conjunto un «tono de debilidad», y estima que el consumo de los hogares habría experimentado un pequeño repunte en tasa intertrimestral (del 0,1%). El entorno no es favorecedor, ya que viene marcado por la destrucción de empleo, la acusada incertidumbre, la pérdida de poder adquisitivo por la elevada tasa de inflación y la caída del valor de la riqueza, tanto del componente financiero como del inmobiliario.

La inversión residencial, por su parte, se contrajo a una magnitud similar a la del trimestre previo en términos de tasa intertrimestral, con lo que la ratio de inversión residencial sobre el PIB se habría reducido en torno a cinco puntos porcentuales desde su nivel máximo de 2007. Además, la demanda de activos residenciales siguió mostrando una senda descendente.

Inversión empresarial

El Banco de España destaca que la inversión empresarial mantuvo un tono similar al del periodo previo, con registros moderadamente positivos, sustentados en el dinamismo de las exportaciones. No obstante, advierte de que la prolongación del actual clima de incertidumbre y desconfianza podría reflejarse en una disminución de la inversión residencial los próximos meses.

En concreto, estima que la inversión en bienes de equipo mantuvo en el tercer trimestre un ligero crecimiento, del 0,6% en términos intertrimestrales, al tiempo que la tasa interanual se incrementó hasta el 2,1%, frente a la caída del 3,7% del segundo trimestre.

Asimismo, resalta la contracción de la construcción, principalmente en su componente de obra pública, y de los servicios de no mercado. En cambio, la industria repuntó en el tercer trimestre, una vez que se restauraron las condiciones de oferta. Con todo, el Banco de España dice que existen «dudas» sobre la continuidad de la expansión de la industria, dado el retroceso de las perspectiva de negocio que han mostrado los indicadores de opinión.

En cuanto a los costes laborales unitarios, estima un crecimiento del 1% en los salarios del sector privado durante el tercer trimestre, pero advierte de que, una vez que el efecto de la reducción de los salarios públicos se vaya agotando, la prolongación de esta tendencia «requiere que la negociación colectiva muestre una tendencia más definida a la desaceleración».

En el panorama internacional, la institución dirigida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez apunta que el tercer trimestre supuso un deterioro adicional de la situación económica y financiera mundial como consecuencia de la profundización de la crisis de la deuda soberana en Europa y del empeoramiento de las perspectivas de crecimiento a nivel global.

Apoyo a la reforma de la Constitución

Así, indica que en agosto las tensiones se trasladaron a economías de mayor tamaño, como España e Italia, y en septiembre, a Bélgica y Francia, aunque en menor medida. Según el Banco de España, detrás de la acusada inestabilidad subyacen la intensificación de las dificultades en Grecia y los problemas políticos y legales que están acompañando la materialización de los acuerdos que se adoptaron en la cumbre europea del 21 de julio.

En este escenario, la autoridad monetaria alaba la aprobación en España de la reforma de la Constitución para introducir límites al déficit estructural, lo que resulta, a su juicio, «particularmente apropiado» dado el elevado grado de descentralización fiscal existente y supone un «reforzamiento» del principio de estabilidad presupuestaria.

Economía Digital

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