La Unión Europea ‘invita’ a España a pedir ya el rescate

Los analistas creen que Rajoy tiene un pequeño margen mientras los mercados sigan abiertos

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Existe una realidad. Pero los factores psicológicos son también determinantes. Y España se resiste a pedir el rescate al fondo europeo.

Pedirlo tendrá consecuencias. Quizá no comporte nuevas medidas adicionales, pero puede suponer el cierre de los mercados. Y será, se quiera o no, una humillación política.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, es muy consciente de esa situación, y por ello sigue reclamando un tiempo que España ya no tiene. La Unión Europea se lo recordó este lunes.

El vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, aseguró que Bruselas “está lista, dispuesta y preparada para actuar”, si el Gobierno español acaba pidiendo el rescate. Es una forma de dejarle claro a Rajoy que puede y debe pedir la ayuda cuanto antes.

Los fondos están disponibles

Olli Rehn remachó la propuesta, tras reunirse en Madrid con el jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, el ministro de Economía, Luis de Guindos, y los responsables del Banco de España. “En estos meses se ha hablado en profundidad de ello en el Eurogrupo y tienen conocimiento todos los países miembros de la zona euro”.

Y los fondos “están dispuestos y preparados para actuar cuando sea necesario”, añadió.

Si esa petición se produce, se pondrá en marcha de inmediato el otro mecanismo que puede aportar estabilidad a la zona euro: las compras de deuda por parte del Banco Central Europeo, como anunció su presidente, Mario Draghi.

“La zona euro tiene la caja de herramientas para lograr la estabilización de los mercados, que además ha sido reforzada con el anuncio del BCE de su programa de compra de deuda”, afirmó Rhen.

Pero, ¿puede aguantar Rajoy?

Hay una leve esperanza. El analista de mercados de IG, Daniel Pingarrón, considera que la auditoría de Oliver Wyman ha sido positiva, y que el sistema financiero español ha aguantado bien, con entidades muy sólidas, “quizá más que otras entidades alemanas, por ejemplo”.

Ese análisis exhaustivo, junto con la presentación de los presupuestos, bien valorados por Bruselas, hasta el punto de que se ha admitido que “van más lejos de lo que se pedía”, han dado aire al gobierno de Mariano Rajoy, a juicio de Pingarrón.

Financiación sólo a corto plazo

Los mercados siguen abiertos, considera el analista de IG, y los bonos a dos y tres años han bajado su rentabilidad entre un 1% y un 1,5%.

Eso permite una financiación a corto, que es lo que desea la Comisión Europea para ir comprobando que España está haciendo los deberes. Es un examen continuo, pero que ofrece a España un camino, aunque estrecho, para salir de la crisis.

El bono basura, a la vista

Pingarrón considera “crucial” esta semana, ante la amenaza de que Moody’s acabe valorando la deuda española con la calificación de bono basura, visto que a la agencia de calificación no le ha acabado de gustar la auditoría de Oliver Wyman. Si la prima de riesgo no se dispara, ayer cerró en 444,80 puntos, respecto al bono alemán a diez años, España podrá aguantar sin pedir el rescate.

El problema es que a lo largo de octubre España ha de colocar 28.000 millones de euros de deuda en el mercado. Y la parte positiva es que ya ha colocado el 83% de toda la deuda que debía vender este año.

Ruptura del euro

El analista Alejandro Varela, de Renta 4, también defiende que Rajoy puede aguantar sin pedir el rescate, pero que el Gobierno español debe demostrar que está llevando a cabo las medidas de reforma necesarias para que la economía gane competitividad.

“España todavía está en el mercado y será el mercado, si llega el momento, el que la obligará a pedir el rescate”. ¿Cuando puede suceder? Varela lo tiene claro: “cuando no haya demanda en las subastas de deuda”.

Todo esto son análisis que dejan de lado la reacción social.

Y aquí el vicerrector de la UB, el economista Gonzalo Bernardos, asegura que todo puede llevar a la ruptura inminente del euro. “El sufrimiento social de las medidas provocará una revuelta social, como ya lo hemos visto en Portugal, y se producirá más en Madrid que en Catalunya, porque aquí hay una ebullición con el movimiento independentista”.

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