Los costes extras incrementan las hipotecas hasta un 15%

Entre tasaciones, comisiones de apertura y gastos de notaría, los costes extras pueden lastrar la economía antes de pedir un crédito hipotecario. Cómo ahorrar gastos al solicitar el préstamo

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Abrir una hipoteca es un trámite que no destaca por su sencillez. De hecho, se trata de un contrato en el que hay muchísimas variables a analizar. Los gastos derivados de la hipoteca y la compra-venta de vivienda son dos de ellas. En concreto, son los siguientes: 

– Tasación: este es el único coste que se deberá desembolsar antes de firmar el contrato. La tasación de la vivienda es obligatoria por ley y se deberá llevar a cabo a través de una tasadora homologada. La valoración del coste del inmueble tiene un precio que oscila entre los 200 euros y los 450 euros, en función de la entidad y de la vivienda a tasar.

– Notaría: los gastos del notario se derivan de la escritura pública de la hipoteca. Suponen entre el 0,1 % y el 0,6 % de la responsabilidad hipotecaria, es decir, unos 500 euros.

– Registro de la propiedad: es el coste generado por inscribir la hipoteca en el registro. Su coste está fijado por ley y por una hipoteca de 100.000 euros sería de unos 350 euros.

– Gestoría: es el coste por realizar todos los trámites hasta inscribir la hipoteca en el Registro. La tarifa no está regulada por ley y puede oscilar entre los 150 euros y los 300 euros.

– IAJD: supone entre el 0,50 % y el 1,50 % del importe de la hipoteca, y varía en cada comunidad autónoma, un coste que podría ascender de los 500 euros hasta los 1.500 para una hipoteca de 100.000 euros.

– Comisión de apertura: en caso de que la hipoteca la incluya, la comisión de apertura oscila entre el 0 % y el 1,50 %, lo que significaría desembolsar hasta 1.500 euros.

En total, el coste de solicitar una hipoteca de 100.000 euros podría suponer un desembolso inicial de entre 1.700 euros y 4.600 euros.

Qué gastos se podrían ahorrar o reducir

Hay tres alternativas para ahorrar los gastos de abrir una hipoteca:

– Comisiones: se puede negociar con el banco para que no aplique la comisión de apertura o la reduzca. Hay que recordar que una hipoteca es un acuerdo entre dos partes, por lo que el cliente se puede negar a firmar el contrato si no le convencen las condiciones.

– Tasación: según el Banco de España, como cliente se tiene derecho a elegir la compañía tasadora. Si se ha encontrado una más económica que la propuesta por el banco, la entidad está obligada a aceptarla, siempre y cuando esté homologada.

– Gastos burocráticos: si se acude personalmente a realizar las gestiones, se pueden ahorrar algunos euros. Sin embargo, el coste que se podría evitar con esta operación no sería muy elevado

Economía Digital

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