Los propietarios de inmuebles sin declarar en Andorra tienen «una patata caliente»

Españoles y franceses, en su mayoría, se los quitan de encima a bajo precio ante el temor que la Agencia Tributaria española los descubra

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Los españoles y franceses que sean propietarios de un inmueble sin declarar en Andorra tienen «una patata caliente». Así lo advierte un asesor fiscal y financiero andorrano. Tal como ocurre con las cuentas bancarias, todos aquellos que, a partir del 1 de enero de 2017, todavía figuren como propietarios de viviendas, apartamentos turísticos, locales o cualquier otro bien inmobiliario pendiente de regularización corren el riesgo que sus datos pasen a disposición de las autoridades fiscales españolas en 2018.

Si ahora regularizaran estos inmuebles, la Agencia Tributaria española lo consideraría un aumento de patrimonio y se les aplicarían los recargos, intereses de demora y las multas correspondientes por no haber presentado el Modelo 720, la declaración de los bienes y derechos situados en el extranjero.

La sanción para bienes no declarados podría superar su valor de mercado

El Modelo 720 se debe presentar cuando el valor del inmueble supere los 50.000 euros. En el caso de un apartamento turístico que superase por poco este importe, si se regularizase ahora, la sanción podría alcanzar el 70% del valor de la propiedad, pero, si no se regulariza y las autoridades fiscales españolas acaban «pillando» a su propietario, pagaría el doble, según señalan las fuentes consultadas.

En principio, el intercambio de información fiscal entre Andorra y España estará focalizado en las cuentas bancarias, pero ocurre que los propietarios de inmuebles tienen cuentas en los bancos andorranos, donde domicilian los pagos asociados a sus viviendas, de manera que corren el riesgo de ser cazados por las autoridades fiscales españolas.

Los registradores han aplicado el secreto sobre la propiedad

Hasta ahora, los registradores de la propiedad de Andorra también aplicaban el secreto sobre los titulares de los inmuebles, pero no está claro que lo puedan mantener a partir del próximo año cuando el país se está viendo forzado al intercambio de información fiscal.

Ante el temor que sus inmuebles no declarados se conviertan en una patata caliente a partir del 1 de enero de 2017, muchos propietarios se los intentan sacar de encima como sea, incluso con rebajas del 50%, según asegura un asesor fiscal andorrano. Cuesta encontrar compradores por el estancamiento del mercado inmobiliario local, especialmente si se trata de apartamentos turísticos.

Los pagos suelen hacerse en efectivo. En la escritura constará que el desembolso se ha realizado con antelación.

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