Altia augura una recesión mundial por la guerra y la inflación

La consultora tecnológica de Tino Fernández ve «un nuevo periodo de recesivo» sin que la economía se haya recuperado del golpe del Covid

Tino Fernández

Tino Fernández, presidente de Altia Consultores

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Altia mira al mundo y ve incertidumbre. No tanto por las previsiones de la consultora de Tino Fernández, que en su último ejercicio obtuvo 8,7 millones de beneficio, sino por el contexto económico global. De hecho, la empresa prevé que la economía mundial entre en recesión incluso antes de recuperarse de la pandemia por Covid-19.

“Aunque los principales organismos de opinión aún no han lanzado sus informes y proyecciones tras el inicio de la guerra, estimamos que lo más probable es que la economía mundial vaya a entrar en un nuevo periodo de recesivo, si bien es cierto que no conocemos su duración ni su profundidad”, dice Altia en su informe de gestión remitido al BME.

Los obstáculos a la recuperación

La tecnológica del expresidente del Deportivo explica que para este año esperaba una consolidación de la recuperación económica tras el parón provocado por el coronavirus, “pero los últimos acontecimientos producidos a final de 2021 y, sobre todo, en estos primeros meses de 2022, cambian completamente el escenario económico mundial y condicionan al máximo nivel las predicciones anteriormente publicadas”.

Se refiere a cinco factores que obstaculizan esa mejora de la economía: los problemas en la cadena de suministro, especialmente en los microchips; el encarecimiento de la energía y los combustibles; las dificultades del transporte; el incremento “desorbitado” de las tasas de inflación; y el encarecimiento generalizado de productos de primera necesidad.

“A esto hay que añadirle la invasión de Rusia a Ucrania iniciada en el mes de febrero de 2022, que eleva los niveles de incertidumbre geopolítica hasta niveles máximos. En este contexto, la probabilidad de que ese proceso de recuperación continúe baja significativamente”, concluye Altia.

Fortalezas y debilidades de Altia

Pese al contexto desfavorable, Altia no es pesimista respecto a su evolución, pues considera que tiene suficientes fortalezas para cerrar un buen ejercicio. En concreto, alude a que no tiene excesiva exposición a clientes concretos, a sectores o a tipos de cambio, tampoco a determinadas tecnologías. “El hecho de que el sector tecnológico pueda ser uno de los soportes para remontar la situación económica adversa es un elemento que podría reducir el impacto en las cuentas del grupo”, añade.

En todo caso, admite otros tres factores de riesgo además del macroeconómico: la integración de Noesis, los riesgos vinculados a ciberataques y la escasez de capital humano. Respecto a este último explica que “está prestando especial atención a esta cuestión, apostando de una manera decidida por mantener el talento tecnológico del que dispone”, aunque ello suponga “una cierta reducción en sus márgenes a corto plazo”.

Los números de Altia

Precisamente, los márgenes y los beneficios son las magnitudes que mejor han evolucionado en la empresa, algo que viene sucediendo en los últimos años. Tanto el margen bruto, de 98,2 millones, como los beneficios, 8,7 millones, superan las previsiones del grupo para este año. No se cumplen, sin embargo, las estimaciones para la cifra de negocio, que se quedó en los 126 millones cuando se preveían 130 millones. El ebitda también estuvo ligeramente por debajo de previsiones, en los 13,6 millones.

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