El boom fotovoltaico convierte al negocio de Ferroatlántica en Sabón en el más rentable del grupo

La división de silicio metal como el que produce en Sabón aportó 14,8 millones de euros al ebitda de Ferroglobe en el primer trimestre del año y la compañía ensalza sus oportunidades de crecimiento tanto para los paneles fotovoltaicos como para las baterías de los coches eléctricos

Ferroatlántica

Imagen de archivo de la planta de Ferroatlántica en Sabón (Arteixo)

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Brotes verdes para Ferroatlántica en Sabón. Su matriz, Ferroglobe, ha hecho públicos los resultados del primer trimestre de su ejercicio fiscal 2024. En ellos sobresale su división dedicada al silicio metal, el producto en el que está especializada la factoría gallega, que protagonizó el mayor crecimiento de todo el grupo y, además, aportó el mayor beneficio bruto de explotación (ebitda).

En concreto, según se desprende de la documentación que la compañía ha remitido a la SEC estadounidense, el segmento de silicio metal generó ventas por valor de 167,8 millones de dólares (unos 154 millones de euros) a lo largo de los tres primeros meses de 2024. Se trata de una cifra prácticamente idéntica a los 167,7 millones de dólares aportados en el último trimestre de 2023, pero que, por el contrario, representa un salto del 4,4% respecto a los 160,7 millones de dólares cosechados en el arranque del año pasado.

Los números de Ferroglobe

Este crecimiento del 4,4% contrasta con la caída del 17,3% que registró el segmento de aleaciones de ferrosilicio, que retrocedió hasta los 111,9 millones de dólares (unos 103 millones de euros al cambio actual). El área de silicio metal crece, eso sí, por debajo del 7,7% que repuntó el negocio de las aleaciones de manganeso como las que la compañía sigue comprando a sus antiguas factorías de Cee y Dumbría, que desde hace unos meses tienen como dueño al grupo checo Energo-Pro.

Esta división de aleaciones de manganeso generó ventas por valor de 66,4 millones de dólares (60,9 millones de euros) tras incrementarse un 7,7% respecto al mismo periodo del año anterior, pero su aportación al ebitda (resultado bruto de explotación) de Ferroglobe no llega a los niveles del silicio metal.

No en vano, la primera contribuyó con 5,5 millones de dólares (5,1 millones de euros) al ebitda del grupo, algo menos de la mitad que los 13,2 millones de euros de la división de ferrosilicio y alrededor de un tercio respecto a los 14,8 millones de euros que generó el negocio del silicio metal.

De la energía solar a las baterías de coches eléctricos

En este sentido, buena parte de la positiva evolución de este área de negocio se debe al boom protagonizado por energías renovables como es el caso de la energía solar. El silicio cuenta, tanto en su forma monocristalina como policristalina, con propiedades que lo convierten en un elemento clave para el efecto fotovoltaico. Su punto de fusión elevado y su condición de semiconductor facilita el proceso de transformación de la energía de los fotones procedentes de la luz solar a electrones para su conversión en energía eléctrica.

Es por ello que el avance de esta tecnología ha canalizado un repunte en la demanda de silicio metal. Este factor, unido al abaratamiento de los precios de la energía, han permitido plantas como la de Sabón se encuentren operando a pleno rendimiento y que ningún trabajador esté adherido actualmente al ERTE que la compañía y los sindicatos acordaron prorrogar hasta junio de este año como plan b ante una crisis energética que parece escampar.

“A medida que posicionamos a la compañía para explotar la fuerte demanda anticipada de silicio metal para abordar el mercado fotovoltaico y de baterías de coches vehículos eléctricos, estamos en el proceso de solicitar permisos para expandir nuestras operaciones de silicio metálico en América del Norte», subrayaba Marco Levi, consejero delegado de Ferroglobe, durante la presentación de los resultados del primer trimestre.

Ferroglobe, que cerró los tres primeros meses del año con un ebitda de 23,7 millones de euros y un resultado neto negativo de 1,8 millones de euros, ha puesto en valor el memorándum de entendimiento firmado con Coreshell. Se trata de una empresa líder en tecnología para baterías eléctricas y que tiene su sede en Estados Unidos.

«Esta es una oportunidad importante para que Ferroglobe desempeñe un papel clave en la evolución actual del mercado de baterías para vehículos eléctricos. El uso de silicio en baterías de vehículos eléctricos tiene ventajas significativas sobre el grafito, incluido un menor costo, un aumento de hasta un 40% en la autonomía y tiempos de carga significativamente más rápidos. Creemos que el silicio será un componente importante en la innovación de las baterías para vehículos eléctricos y estamos posicionando a la empresa para que sea una parte integral de ello», recalcaba Marco Levi.

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