Ferroglobe, el negocio de silicio metálico de los Villar Mir, invertirá más de 28 millones para descarbonizar Sabón

La compañía espera reducir hasta un 58% las emisiones con su nueva planta de biocarbón, que estará operativa en 2026; entra en el capital de la startup Coreshell para impulsar la producción de silicio de alta pureza para baterías del vehículo eléctrico

Imagen aérea de la planta de Ferroatlántica en Sabón (A Coruña) / Ferroglobe

Imagen aérea de la planta de Ferroatlántica en Sabón (A Coruña) / Ferroglobe

Ferroglobe, la alianza que forjaron hace una década Villar Mir y Globe Specialty Metals, está diseñando el futuro de sus plantas de silicio metálico y ferroaleaciones. Y ese futuro pasa también por Sabón, la única factoría que conserva en Galicia tras el traspaso al fondo TPG Sixth Street Partners de las plantas de A Costa da Morte y sus centrales hidroeléctricas, ahora en manos de la checa Energo-Pro.

El grupo que preside el varias veces imputado Javier López Madrid planea construir en las instalaciones de A Coruña una planta de biocarbón que le permite descarbonizar la factoría. El proyecto, conocido desde que consiguió 11,7 millones de los fondos europeos otorgados por el Ministerio de Industria, debería estar completado en 2026, cuando está previsto que entre en operación la nueva planta. Ferroglobe prevé invertir, según consta en la memoria anual que acaba de hacer pública, más de 28 millones.

La producción de la nueva planta permitirá sustituir el carbón de origen fósil en la producción de silicio metálico. La compañía espera que con esto se reduzcan alrededor de un 58% las emisiones de la factoría de Arteixo, lo que contribuiría decisivamente en el giro verde de las instalaciones, donde también ha firmado acuerdos de suministro a largo plazo (PPA) de energía renovable.

El negocio de las baterías

Los planes de futuro de Ferroglobe tienen otro camino abierto. El grupo está desarrollando la producción de silicio de alta pureza para distintas aplicaciones, la más prometedora la de las baterías para el coche eléctrico. En este nuevo producto también juega Sabón un papel clave a través de su centro de innovación, donde se realizan las primeras demostraciones. A su vez, la planta gallega está conectada con la de Puertollano y la de Montricher, en Francia, para el desarrollo a escala industrial.

Según explica en su memoria de ejercicio, la compañía ha establecido colaboraciones estratégicas con empresas e institutos de investigación para el desarrollo de la tecnología, por ejemplo con el centro tecnológico gallego Cetim o con Trinseo, proveedor de materiales especializados para diversas industrias. Además, Ferroglobe entró el año pasado en la startup estadounidense Coreshell, que desarrolla una solución de nanorrecubrimiento para ánodos con predominio de silicio que elimina por completo la necesidad de grafito. «Este avance podría producir baterías más asequibles con mayor autonomía y tiempos de carga más rápidos», dice el grupo, a lo que añade que también mejoraría la seguridad de la cadena de suministro y rebajaría la huella de carbono.

Los poderes de Ferroglobe en España

Ferroglobe, que recibió 34,5 millones del fondo de rescate de la SEPI, cuenta en España con tres plantas (Galicia, Cantabria y Aragón) y cuatro minas ubicadas en territorio gallego: Serrabal (Boqueixón), Esmeralda (Trazo), Conchitina (O Vicedo) y Sonia (Mañón). Además, es el comprador de la producción de Xeal en A Costa da Morte, según quedó establecido en el acuerdo de venta de las plantas y las centrales hidroeléctricas.

Con estos activos, la compañía facturó el año pasado 170 millones de dólares en 2024, una cifra similar a la del año anterior. El negocio español representa el 10% de los 1.644 millones que ingresó el grupo en el pasado ejercicio. Estados Unidos fue el principal mercado para la compañía, con 573 millones de facturación.

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