La gallega Valtalia abre su primera planta de reciclaje en el extranjero
El grupo ourensano estrena en Bélgica una gran planta de reciclaje de plásticos con capacidad para producir 24.000 toneladas de material reciclado

Valtalia abre en Bélgica su primera planta en el extranjero / EP
El grupo ourensano Valtalia ha dado un paso de gigante en su presencia internacional. La compañía, que cuenta con un millar de trabajadores y factura unos 120 millones anuales, ha puesto en marcha su primera planta de reciclaje en el extranjero. Las nuevas instalaciones ubicadas en la localidad valona de Tenneville (Bélgica) tienen capacidad para producir 24.000 toneladas de material reciclado a partir de plásticos.
Gestionará la planta Sogapol, filial del grupo de ingeniería y gestión de residuos, que ha invertido hasta el momento en el proyecto 10 millones. El nuevo centro de reciclaje, que podría convertirse en la base de operaciones de Valtalia para Europa, dará servicio a países como Francia, Alemania, Países Bajos o Dinamarca.
Cuando la fábrica esté a pleno rendimiento aportará unos 15 millones anuales de ingresos.
Solucionar un problema
Jordi Poblet, el gerente de Sogapol en Bélgica, explica que estará enfocada al reciclaje de plástico flexible, algo que, en su opinión, «era una necesidad para la región de Valonia y para Bélgica en general», ya que «no había instalaciones de este tipo» en el país.
«La realidad es que el grupo Valtalia viene aquí para solucionar un problema que lleva años enquistado. Retoma en esta planta la actividad de dos antiguas empresas de reciclaje que no tuvieron éxito y que desgraciadamente dejaron un stock de más de 12.000 toneladas de plástico«, reveló.
Economía circular
Empresas locales de varios sectores llevarán sus residuos plásticos para que, una vez en la nueva planta, los trabajadores de Sogapol conviertan los desechos en partículas de plástico granulado, aptas para volver a fabricar nuevos productos, como embalajes, invernaderos o bolsas de basura.
«Cogemos residuos para tratarlos y reintroducirlos en empresas que producen el mismo tipo de productos que previamente nos llegan como residuos. Esto es economía circular al 100%», sentenció el gerente, que es ingeniero industrial químico de formación.
Incentivos públicos
Para incentivar que las empresas reciclen, en Bélgica las administraciones les ofrecen incentivos económicos y legales, aunque Poblet señaló que cada vez hay más compañías que se suman a esta rueda para ganar prestigio social entre les consumidores.
«No olvidemos que hoy en día la etiqueta verde vende. Con lo cual, las empresas que se ponen en contacto con nosotros dentro de este sistema de economía circular tienen mucha mejor prensa que otras empresas que son puramente consumidoras de recursos», sostuvo este ingeniero catalán.