Los empresarios gallegos refuerzan su ‘lobby’ en Catalunya

La patronal entregó los octavos premios a la excelencia en medio de un tradicional acontecimiento social

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El lugar no podía ser otro: el hotel Hesperia Tower en L’Hospitalet, en las afueras de Barcelona, un inconfundible edificio singular, que pretendió erigirse como símbolo vanguardista sobre la capital catalana, pero que ha dejado muchas dudas de si ha podido lograr su cometido. Dicen que José Castro, el empresario gallego que comenzó a gestar tímidamente su fortuna en Venezuela y que la hizo crecer construyendo pisos en Santa Coloma, en las afueras de Barcelona, está arrepentido de haberlo construido y que dificilmente logrará ser referencia de lujo y vanguardismo encerrado entre los bloques franquistas de Bellvitge y la autopista al aeropuerto.

Allí, en ese hotel de pretensiones futuristas, se congregaron los empresarios gallegos más poderosos de Catalunya entre los que se encuentran Julio Fernández, presidente de Filmax, y Amancio López, presidente de Hotusa. Todos esperaron más de una hora en el hall del hotel primero, y en la terraza después, al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, que saludó hasta a los camareros, no sin antes posar en el fotocall que tenía de fondo a todas las empresas patrocinantes del evento.

Conselleiro, acérquese para la foto”, gritó efusivamente a Francesc Xavier Mena, conseller de Empresa de la Generalitat de Catalunya. Mena no dejaba de sonreír, pero cuando ya acabaron los flashes rápidamente pidió a sus acompañantes que lo llevaran a donde estaba el pulpo, ese auténtico y abundante, salado y picante, y no en versión gurmet, que había creado Santi Santamaría en el restaurante Evo, ubicado en el platillo de la cúspide del Hesperia.

Del 1 al 24

Junto a Feijóo, la reina fugaz de la noche fue Alicia Sánchez Camacho, que vestida de rosa y mareando en círculos pequeños su copa de cava, no dejaba de presentar a los invitados al presidente gallego. Demostró que dominaba el ambiente, que ninguno de los apellidos de los presentes escapaba a su memoria. “Él es el jefe de la policía en Catalunya. Y, ¿sabes qué? ¡Es gallego!”, decía Sánchez-Camacho al líder de su partido en Galicia antes de marcharse corriendo a Baleares.

Los invitados fueron repartidos, en orden de importancia, entre la mesa 1 y la 24. En la primera, el presidente de la Xunta de Galicia, en la siete, Oriol Pujol, hijo del expresident de Catalunya, Jordi Pujol, y en la 24, todos los periodistas. Menos mal que Pujol se tomó la cena con humor y bromeaba con los fotógrafos para que retrataran las piernas de su acompañante y no los mensajes de móvil que enviaba en el evento.

Los ganadores

Durante la cena, de tres platos además de los entrantes y postres, se presentaron a los ganadores de los octavos Premios Excelencias Galegas: el escritor Alfredo Conde Cid en Artes, el investigador Jesús Devesa en Medicina, el empresario químico José Luis Díaz-Varela, en Empresa, el joven José Ramón García, en Emprendedor, el director de ABC, Bieito Rubido, en Comunicación, el banquero del Santander Enrique Garcia en Finanzas, la fundación Paideia de Rosalía Mera en Acción Solidaria, y el presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró, en la categoría de Premio Extraordinario.

Todos elogiaron el carácter emprendedor de los gallegos y el emprendedor del año, José Ramón García, dijo que siempre lucha contra el tópico de que en Galicia es difícil construir empresas innovadoras. “Todo el mundo me pregunta por qué no mudo la compañía a Madrid. Es un tópico de la gente que piensa que en Galicia no se puede desarrollar este tipo de negocios”, explica. Y, ante esos escépticos, ¿cómo responde el emprendedor? “Como buen gallego, siempre les digo lo mismo: ¿Por qué me preguntas eso?”.

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