Malasa, Trison, Aluman… Los históricos proveedores de Inditex se diversifican y crecen a doble dígito

Empresas gallegas que se hicieron grandes a la sombra de Zara, lista a la que también se suma la antigua Caamaño o Cándido Hermida, dispararon sus ingresos el año del estallido de la inflación

Imagen de archivo de un operario del Grupo Malasa

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Las históricas proveedoras de Inditex asentadas en Galicia dispararon ventas el año del estallido de la inflación. Lo hicieron creciendo más allá de Zara, ya que muchas, de Aluman a la antigua Caamaño o Cándido Hermida, hace años que han diversificado su negocio, fortaleciéndose en otros segmentos más allá del retail. Si bien no todas fueron capaces de abandonar los números rojos, sus memorias anuales revelan un incremento de la cifra de negocio a doble dígito.

La última compañía en dar a conocer sus datos vía Registro Mercantil es Malasa, el discreto gigante de la familia Patiño con base de operaciones en el municipio coruñés de Cambre. La firma que nació hace treinta años como una ferretería es hoy un grupo multisectorial dedicado tanto a la promoción inmobiliaria como a los trabajos de carpintería y metal. Conformada por once empresas dependientes y siete fábricas, el pasado ejercicio, los activos del grupo se elevaron de los 89 a los 103 millones de euros mientras que el patrimonio neto se incrementó desde los 40 a los 43,6 millones. La cifra de negocios de la compañía se estiró un contundente 35,9%, para alcanzar los 135,2 millones de euros.

A pesar del aumento de los costes el año de la guerra en Ucrania, la firma fue capaz de mejorar su resultado. El de explotación, el propio de la actividad del grupo, se fue a los 5,2 millones de eurosl mientras que el beneficio neto pasó de 2,5 a 4,3 millones de euros.

Recuperación a pesar de la inflación

El informe de gestión de la compañía fundada por los hermanos Patiño explica que durante 2022 se recuperaron los niveles de facturación prepandémicos, los mayores alcanzados desde que la compañía tiene la actual configuración societaria. “Todo esto ha sido posible tanto por la recuperación de la actividad de nuestros principales clientes, el desarrollo de nuevos productos y mercados, así como la mejora de los resultados de la filial mexicana Malasa Mex Contract quien, en 2022 ha alcanzado ya niveles de actividad que se esperaban en ejercicios anteriores pero que, yanto la situación de la crisis de Ucrania como el Covid habían retrasado”, exponen. “Otras actuaciones como la mejora de costes de materias primas y la contención de otros gastos, a pesar del impacto que la firma de los convenios colectivos ha tenido en todas nuestras actividades en España, nos ha permitido mejorar no solo nuestro volumen de facturación sino también los resultados operativos”, añaden.

De que Malasa ha conseguido con sus diversas líneas de negocio tener una cartera que va mucho más allá de Inditex da cuenta el hecho de que durante el pasado ejercicio realizado más de 2.250 proyectos en 58 países para más de 550 clientes, “entre los cuales se encuentran líderes del sector del retail, la hotelería, restauración, automoción y distribución”. Su plantilla actual supera las 750 personas. Entre sus últimos trabajos para la multinacional textil destaca, por ejemplo, el Zara de la plaza de España de Madrid, la papelería de Zara Home en A Coruña o un Massimo Dutti en el exclusivo Dubai Mall.

Trison

No es Malasa, no obstante, la única histórica proveedora de Inditex que ha superado con nota el pasado ejercicio. Otro caso destacado es el de Trison, firma con sede en Bergondo fundada por Carlos Saavedra y controlada por el fondo Portobello. Destacado proveedor tecnológico encargado de muchas de las pantallas LED de los de Amancio Ortega, cerró 2022 con unas ventas consolidadas que rozaron los 85 millones de euros, con un crecimiento superior al 43% sobre los ingresos del año precedente. En sus últimas cuentas publicadas, y según publicó Economía Digital Galicia, la compañía apunta a que este 2023 sobrepasará los 100 millones de cifra de negocio.

Al margen del arreón en las ventas, la compañía multiplicó por seis en un año su resultado de explotación, que pasó de 1,2 a 6,3 millones de euros. Logró además volver a beneficios, con un resultado consolidado neto de 1,7 millones frente a las pérdidas de 2,1 millones de euros de 2021.

Aluman

También Aluman, que nació a principios de los setenta en Arteixo –donde Inditex cuenta con su sede– como una carpintería metálica y hoy es un grupo con presencia internacional especializado en fachadas para edificios singulares logró el pasado ejercicio récord de facturación. Las cuentas consolidadas de su holding, Inversiones Arteixo, evidencia que el 2022 fue un año “de crecimiento acompañado de rentabilidad”. La cifra de negocio, de 98,8 millones de euros, la más alta alcanzada en sus cincuenta años de historia, se estiró más de un 40% con respecto a 2021.

El resultado neto consolidado del grupo de la familia Pose fue de cerca de 2,3 millones de euros, triplicando las ganancias de 813.000 del ejercicio precedente, cuando logró abandonar los números rojos de la pandemia. El resultado de explotación (el propio de la actividad de la compañía) se elevó hasta los 6,7 millones de euros mientras que el ebitda (resultado antes de tasas, impuestos, amortizaciones y depreciaciones) fue de 9,8 millones de euros.

Cándido Hermida

De entre las firmas que crecieron a la sombra de Inditex destaca también la carpintería de Cándido Hermida, con base de operaciones en Narón. Las cuentas consolidadas de la compañía aún no están disponibles en el Registro Mercantil, por lo que sus ventas totales son aún una incógnita. No obstante, el balance de la mayor sociedad del grupo, Industrias Cándido Hermida, aporta una fotografía aproximada. La cifra de negocio de esa sociedad se incrementó un notable 47%, hasta los 58,83 millones de euros. En este caso, no obstante, y según los administradores de la filial, el incremento de costes durante el pasado los llevó a finalizar el año con unas pérdidas netas de 4,6 millones.

En la lista de viejas proveedoras de Inditex también está Kimak, la antigua Caamaño en manos de la vasca Kider. La compañía acabó el pasado ejercicio con un resultado positivo de 3,8 millones, una mejora sustancial respecto a los 2,3 millones de pérdidas con los que cerró el 2021.

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