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Los modelos antagónicos de Redeia y REN, los dos grupos clave del apagón con Amancio Ortega como socio
El apagón resucita los rumores de fusión entre Redeia y Enagás, empresas participadas por la SEPI y Pontegadea, para la creación un gran operador que integre el sistema eléctrico y el gasista

Beatriz Corredor, Amancio Ortega y Antonio Llardén
El apagón eléctrico que dejó a la Península Ibérica a oscuras hace más de una semana ha centrado las miradas sobre los dos gestores eléctricos de España y Portugal: Redeia y REN. Ambos cuentan entre sus accionistas de referencia con Pontegadea, el holding de Amancio Ortega, pero sus modelos guardan notables diferencias. La principal es que Redes Energéticas Nacionais culminó hace una década un proceso de privatización que fue parte de las condiciones de los préstamos al país por parte de la troika, frente a la matriz de Red Eléctrica, que mantiene al Estado español como primer accionista.
La otra, que REN no solo se encarga de la gestión del sistema eléctrico, sino también de las redes de gas. Este modelo, que en España pasaría por una eventual fusión entre Redeia y Enagás –las dos, curiosamente, participadas por el Estado, Pontegadea y el fondo americano BlackRock– fue debatido a comienzos de este siglo, pero ha vuelto a saltar a la palestra tras el apagón, como publicó esta misma semana Expansión.
Apenas una semana después del gran apagón, las miradas se posan en las dos compañías para crear un gran operador que integre el sistema eléctrico y el gasista. Se trata de una idea que ya fue auspiciada por el exministro de Industria, Miguel Sebastián, que durante la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero llegó a elaborar un borrador de real decreto ley para separar a los operadores del sistema de los transportistas y que, además, planteaba la propia escisión del gestor del sistema del gas y su fusión con el eléctrico para crear un único operador energético dependiente del Estado.
La huella de Redeia y Enagás
La operación, en el caso de activarse, implicaría la fusión de dos compañías de 9.699 millones de euros de capitalización en el caso de Redeia y de 3.588 millones (Enagás) y que comparten caras conocidas en su accionariado. No en vano, ambas compañías tienen a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y a Pontegadea (el brazo inversor de Amancio Ortega) como pesos pesados en su capital.
Pontegadea controla un 5% de ambas compañías. La firma iguala así la participación de la SEPI en Enagás, pero no en Redeia, en donde la entidad que preside Belén Gualda controla un 20%. La Ley Eléctrica, reformada en diciembre de 2013, mantiene el blindaje del accionariado de Redeia y establece que ningún accionista puede tener más del 5% del capital ni ejercer derechos políticos por más del 3%. La conocida como «golden share» también se reproduce en Enagás a través de la Ley de Hidrocarburos, que impone idénticas restricciones.
La normativa establece así un tope tanto para Pontegadea como para BlackRock, la mayor gestora de fondos de inversión del mundo, que tiene bajo su posesión un 5,008% de Redeia y un 3,86% de Enagás.
La particularidad de REN
De esta manera, el sector vuelve a poner en la diana a Redeia y Enagás para una futura fusión con la que se replicaría el modelo portugués. Redes Energéticas Nacionais nació en el año 1994 e integra el sistema gasista con el eléctrico. Esta firma, a diferencia de Redeia, está totalmente en manos de inversores privados después de que el Estado portugués vendiese progresivamente su participación entre los años 2006 y 2014.
Y es que REN, al igual que EDP, fue objeto de una serie de desinversiones que se aceleraron tras el rescate europeo y la intervención de la Troika. Estos movimientos han provocado que en la actualidad sea la empresa china State Grid su máxima accionista. La firma asiática desembarcó en el capital de REN en el año 2012 y se hizo con una participación del 25,2% que todavía conserva en la actualidad.
A State Grid le sigue en el accionariado Pontegadea, que desembolsó 188 millones de euros a cambio de hacerse con el 12,1% de la compañía en verano de 2021. Se trata de una inversión puramente financiera ya que, al igual que en Redeia o Enagás, Pontegadea no cuenta con ningún tipo de representación en el consejo de administración de la compañía.
Así, Amancio Ortega se perfila como espectador en primera fila de una hipotética fusión entre sus dos energéticas participadas en España que daría como resultado un modelo a imagen y semejanza de una Redes Energéticas Nacionais en la que ejerce como segundo máximo accionista.
La figura de Amancio Ortega no es el único hilo conductor de estas empresas. Y es que tanto España como Portugal comparten un sistema eléctrico altamente integrado entre sí. Es por ello que se le denomina una «isla energética» y es lo que provocó que la caída de la red en España el pasado lunes se acabase reproduciendo con idéntica intensidad en el país vecino.
El mix energético de España y Portugal
En lo referente a las tecnologías empleadas para la generación de energía eléctrica, España y Portugal también presentan más similitudes que diferencias. El país que preside Marcelo Rebelo de Sousa cubrió con renovables el 83% de su consumo eléctrico entre los meses de enero y abril, con la hidroeléctrica (40%), la eólica (29%), la solar fotovoltaica (8%) y la biomasa (5%) a la cabeza.
En el caso de España, los datos de Redeia revelan que la eólica reinó en el mix energético al aportar un 28% del total en los cuatro primeros meses del año. A esta tecnología le siguieron la nuclear (21,5%), la hidráulica (14,7%), el ciclo combinado (13,8%), la solar fotovoltaica (10,2%) y la cogeneración (6%).