San José y OHLA, expulsadas de los mayores contratos de vivienda pública de la Xunta
Un error en la documentación, el mismo en ambos grupos, los deja fuera de la pelea por construir 146 viviendas en Lugo; en el caso de la empresa de Jacinto Rey, la exclusión se extiende a otros dos concursos

Luis y Mauricio Amodio junto a Jacinto Rey, los primeros accionistas de OHLA y de Grupo Empresarial San José
El éxito de San José en la vivienda pública en España, especialmente en Madrid, no se está repitiendo en Galicia, donde el grupo de Jacinto Rey se ha quedado fuera de la pelea por los mayores contratos que tiene en licitación la Xunta a través del Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS). En la misma piedra tropezó OHLA, que, igual que la mayor constructora gallega por volumen de ingresos, también se ha quedado fuera de la pugna por incumplir los pliegos de los concursos, en los que están en liza 146 viviendas presupuestadas en casi 30 millones de euros.
Se trata del desarrollo residencial de Garabolos, en Lugo, donde el Gobierno gallego prevé construir más de 400 viviendas de protección para avanzar en el objetivo fijado por Alfonso Rueda de duplicar el parque público residencial a lo largo de la legislatura, lo que implica la incorporación de unas 4.000 en cuatro años. Las primeras 146 viviendas del barrio lucense –otras 300 las impulsará la nueva Sociedade Pública de Vivienda de Galicia (Vipugal)– arrancaron su recorrido a principios de año con la licitación del IGVS a través de dos contratos, uno de 14,8 millones y otro de 13,3 millones. En ambos, tanto San José como OHLA, que presentaron ofertas, han sido excluidas.
San José y OHLA cometen el mismo error
Y en los dos casos los motivos son idénticos. Una pifia en la entrega de documentación. El grupo de Jacinto Rey se queda fuera, según relata la resolución de la mesa de contratación, por incluir información relativa al organigrama funcional del equipo técnico adscrito a la obra en el sobre que no correspondía, mezclando así la parte correspondiente a los criterios evaluables de manera automática con aquellos que implican un juicio de valor. El elemento crítico es la inclusión de un técnico de instalaciones, un requisito que se valora de manera automática y que debía estar en un sobre concreto, el ‘C’. «Teniendo en cuenta lo señalado, se propone la exclusión del licitador ya que la oferta aportada incumple el PCAP de la licitación», sentenció la mesa en los dos contratos.
A la compañía de los hermanos Amodio le sucedió otro tanto. Incorporó información sobre la dotación de un técnico para instalaciones adscrito al equipo de obra en el sobre que no correspondía, por lo que también acabó excluida en base a la misma premisa que San José. Ninguna de estas dos constructoras ha pescado hasta la fecha adjudicaciones relevantes en el resurgir de la vivienda pública gallega.
Fuera de otros 13 millones en Ferrol
Las otras dos mayores obras que tiene el IGVS en proceso de contratación están en Ferrol, donde la Xunta promueve 48 viviendas en O Bertón repartidas en dos licitaciones de 6,6 y 6,4 millones. Pues también en esos dos concursos la mesa ha excluido a San José debido al mismo error que cometió en Lugo. Dicen las actas, iguales a las de los concursos de Lugo, que el grupo pontevedrés incluyó en su programa de construcción un organigrama del equipo en el que consta un técnico de instalaciones. Y recuerda el documento que, en base a los pliegos, debe figurar en el sobre C.
«La documentación relativa a los criterios de adjudicación que sean evaluables de forma automática no debe incluirse en los sobres electrónicos que contienen la documentación relativa a los criterios evaluables mediante un juicio de valor. La infracción de este mandato dará lugar a la exclusión del licitador», señala el acta.
San José, que presentó este jueves sus resultados del primer trimestre de ejercicio, tiene en cartera 1.127 millones en edificación residencial, que conforman el segmento de negocio más importante de la compañía dentro de sus 3.338 millones en contratos pendientes de ejecutar. La vivienda pública gallega, sin embargo, se le resiste.