Vuelco en los negocios de Rodríguez Cebrián: alquila el hotel Peregrino con sus sicavs en la cuerda floja

El exdirector general de Inditex aterriza en la capital con su proyecto para invertir 18 millones y reabrir el Teatro de Madrid mientras adjudica a Hotusa la explotación de su Hotel Peregrino de Santiago de Compostela

Imagen de archivo de Juan Carlos Rodríguez Cebrián

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Juan Carlos Rodríguez Cebrián da una vuelta de tuerca a sus inversiones. El que fuera director general de Inditex arranca el año 2022 con su salto a Madrid mientras reordena sus negocios en Galicia y mantiene la incógnita sobre el futuro de sus sociedades de inversión de capital variable (sicav).

Y es que Marlolan, el brazo inversor de Rodríguez Cebrián y su mujer (Dolores Ortega, sobrina del fundador de Inditex), ha sellado un acuerdo con Hotusa para la explotación del Hotel Peregrino de Santiago de Compostela. La cadena hotelera propiedad del empresario chantadino Amancio López dedicará casi dos millones de euros a la reforma del interior de este establecimiento que cuenta con 150 habitaciones.

El hotel llevaba meses sin actividad y a la espera de ser vendido o gestionado por una nueva cadena. Se trata de la última gran operación que ha sellado el mayor empresario del ocio nocturno coruñés. Junto a su socio Luis Diz, Rodríguez Cebrián lleva las riendas de establecimientos como el Playa Club, el Amura, la Sala Pelícano, la Brit o la Sala Moom 57. Todos estos establecimientos han tenido que lidiar con las restricciones (cuando no, cierres) derivadas de al crisis del Covid-19, que llevaron a que Marlolan recortase su beneficio neto desde los 4,9 millones de euros registrados en 2019 hasta los 2,1 millones de 2020 (último dato disponible).

Aterrizaje en Madrid

Ahora, en plena recuperación del aforos y horarios por parte del sector en Galicia, el histórico directivo de Inditex prepara su desembarco en Madrid. La sociedad J&L Spain (capitaneada por el propio Rodríguez Cebrián y el también portavoz de la asociación Galicia de Noite, Luis Diz) ha salido vencedora en el proceso de adjudicación pública que el Ayuntamiento de Madrid puso en marcha para reabrir el Teatro de Madrid.

J&L Spain se hará con la concesión tras imponerse en esta licitación a Stage Entertainment España (productora de obras de teatro como El Rey León o Mamma Mía!). El proyecto contempla una inversión de unos 18 millones de euros con el objetivo de «recuperar el edificio actual, ponerlo en valor renovando y actualizando su aspecto, y dotando al uso actual de nuevas alternativas de ocio», según recogía su propuesta, que también incluía la puesta en marcha de una zona destinada a barras y terrazas entre los arcos del edificio del teatro y la biblioteca pública colindante.

La incógnita de sus sicav

Rodríguez Cebrián da este giro a su cartera de inversiones mientras mantiene el suspense con sus dos sicav. Tras dar carpetazo a Río Nora, sociedad de inversión con la que controlaba un patrimonio de 2,7 millones de euros, en febrero de 2020, la nueva normativa del Gobierno para acabar con la figura del mariachi pone en jaque a las dos sicav que ha mantenido hasta el momento (Silleiro y Vivero de Inversiones).

La nueva regulación del Gobierno para obligar a que los 100 accionistas que, como mínimo debe tener una sicav, reúnan cada uno al menos 2.500 euros está provocando una oleada de bajas de sicavs de las grandes fortunas gallegas. Una de ellas es Soandres de Activos, sociedad a través de la cual Sandra Ortega gestionaba 255 millones de euros, que a comienzos de este mes anunció su transformación en sociedad de responsabilidad limitada. Se trata de un camino que también han seguido la propia sociedad libre de inversión Breixo (también de Sandra Ortega), así como Currelos de Inversiones y Guntín de Inversiones, propiedad del fundador de Azkar, Luis Fernández Somoza, cuyo patrimonio se levaba hasta los 219,5 millones de euros al término del año pasado.

Las dos sicav de Fernández Somoza, al igual que Cibrán y Solainainvest (ambas propiedad del empresario Modesto Rodríguez) publicaron un folleto a la CNMV antes del 31 de enero (fecha en la que expiraba el plazo otorgado por el Gobierno para cumplir con la nueva regulación). En él ninguna de estas sociedades detallaba qué tipo impositivo seguirían ahora ante la nueva normativa, que obliga a tributar el 25% por Sociedades en el caso de que no se cumpla el requisito de inversión mínima de 2.500 euros por accionista. Se trata de una situación idéntica a la de Silleiro y Vivero de Inversiones, las sicav de Rodríguez Cebrián, que mantienen el suspense sobre cuál será su futuro tras haber aportado 1,3 millones de euros a los resultados de Marlolan en 2020.

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