El tijeretazo del Santander se cebará con Galicia, Madrid y Barcelona

Las mayores duplicidades con la red del Popular harán que estos territorios acaparen el grueso del recorte, que también estará vinculado a la rentabilidad

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Banco Santander ha propuesto un tijeretazo de 1.150 oficinas y 3.713 empleos en el marco del ERE por la absorción de Banco Popular y de Banco Pastor. Es una cifra inicial, planteada en la segunda reunión de la fase previa de consultas, por lo que todo hace pensar que se rebajará durante la negociación con los sindicatos. Aun así, el recorte es de consideración y ha impactado a los representantes sindicales, pues ambos grupos financieros ya habían ejecutado ajustes de plantilla por el proceso de digitalización del sector bancario.

El grueso del tijeretazo se producirá en Galicia y en los grandes núcleos urbanos, principalmente Madrid y Barcelona. En la comunidad gallega operaba la marca Pastor, una enseña con más de 240 años de historia que el Santander ha comenzado a retirar de las calles en el proceso de integración tecnológica. La red del Pastor tiene importantes duplicidades con la del Santander. Algo similar ocurre en Madrid y Barcelona por la implantación urbana del Popular.

Los análisis realizados por el equipo de Ana Botín indicaban que las oficinas absorbidas por la compra del Popular provocaban que la distancia media entre sucursales del grupo fuera de 250 metros. Esta situación será el principal argumento del banco para defender el recorte, que se aplicará fundamentalmente en la red comercial (2.847 trabajadores), aunque también en las estructuras intermedias de apoyo (588 empleos) y en los servicios centrales (278).

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Las oficinas rurales se cambian por agentes financieros

Las duplicidades no serán la única causa para decidir el cierre de oficinas, pues también influirán otros aspectos como la digitalización y la rentabilidad de las sucursales, según confirmaron fuentes del banco. Los sindicatos, que calificaron de “excesivo” el tijeretazo, salieron de la reunión quejándose de que los planteamientos del Santander ahondarán en la exclusión financiera de determinados territorios del rural, cuando se cierren oficinas por la menor afluencia de clientes a las sucursales.

La intención del banco es clausuarar estas oficinas de escasa afluencia y sustituirlas por agentes financieros que permitan mantener el servicio, según las fuentes consultadas. De esta manera, el proceso no solo servirá para corregir las duplicidades conocidas entre redes, sino también para librarse de oficinas no rentables y adecuar la plantilla a los nuevos tiempos de la digitalización.

La caída del Popular cuesta más de 7.000 empleos

Fuentes de UGT consideraron que el planteamiento de reducir 3.713 empleos es “una barbaridad”, pues sitúa en los 5.000 el recorte de trabajadores por la absorción del Popular si se tienen en cuenta los 1.100 empleados que salieron en 2018. A esto hay que añadir que el propio Popular pactó la salida de 2.500 trabajadores en 2016, antes de que acabara quebrado y vendido al Santander por un euro.

Ahora, la dirección del banco propone recortar otro 11% la plantilla y un 26% la red de oficinas. Según fuentes sindicales, el proceso no se iniciará antes de que finalice la integración tecnológica entre Santander y Popular, prevista para el próximo mes de julio. Esa fecha también marcará la desaparición definitiva de las marcas Popular y Pastor. Antes, deberá producirse el acuerdo que rebaje las 3.713 salidas previstas por el banco. 

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