El brazalete telemático no es la panacea

Este tipo de dispositivos, utilizados para el seguimiento de agresores sexuales y otros delincuentes, presentan dos problemas principales relacionados con su autonomía energética y la "facilidad" para ser interferidos

Un dispositivo para el control telemático de medidas y penas de alejamiento

Un dispositivo para el control telemático de medidas y penas de alejamiento. Europa Press

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

La tecnología no tiene sentido si no ayuda a mejorar la vida de las personas, aunque en algunas ocasiones sirva para todo lo contrario. Lo cierto es que los senderos del ser humano son inescrutables y el lado oscuro de la humanidad, aunque sin duda más pequeño que el lado claro, consigue sorprendernos cada día.


Los brazaletes telemáticos para seguimiento de agresores sexuales y otros delincuentes son dispositivos que se colocan en la muñeca o en el tobillo de la persona y que utilizan tecnología GPS para monitorizar su ubicación. Las autoridades judiciales los usan como una medida cautelar para prevenir que la persona acusada de cometer delitos, sexuales o de otro tipo, se acerque a su víctima o a lugares específicos como parques o escuelas.


El funcionamiento de estos dispositivos es sencillo. La persona que debe utilizar el brazalete telemático tiene que llevarlo puesto en todo momento. El dispositivo se comunica con una central de monitoreo, que registra la ubicación de la persona y envía alertas a las autoridades pertinentes si la persona se acerca a zonas restringidas o si incumple las condiciones de la medida cautelar.


Además del rastreo de ubicación, algunos dispositivos también pueden tener un sensor de proximidad, que alerta a la central de monitoreo si la persona que lleva el dispositivo se acerca a su víctima o a lugares que se le han restringido.


He de destacar con un profundo sentido de la responsabilidad que este tipo de dispositivos no son la panacea. Sin duda nos pueden ayudar, pero manifiestan dos principales problemas:


Tienen una autonomía energética muy limitada, especialmente si queremos que el rastreo se produzca de manera minuciosa. La batería les dura muy poco tiempo por lo que hay que estar recargándolos regularmente en intervalos cortos de tiempo.

Son dispositivos fácilmente «llameables«. Es decir, que de manera nada difícil pueden ser interferidos, perturbados o anulados.

Como pueden entender, no voy a dar más explicaciones sobre el que y el cómo se hace, ya que pondría una información poderosa en manos de estos energúmenos que atentan siempre cobardemente contra los más débiles.

En los próximos años los brazaletes telemáticos serán capaces de estar alimentados durante meses e incluso años


En los próximos años, con la investigación y desarrollo que se está produciendo en el terreno de las baterías, los dispositivos serán capaces de estar alimentados durante meses e incluso años, sin tener que recargarlos cada poco tiempo y eso supondrá un importante cambio.

 
También las tecnologías GNSS (satelitales), así como los sistemas BEACON (señalización radio terrestre), conseguirán más exactitud, más fiabilidad y ser menos susceptibles al “jamming”.


Me encantaría poder escribir más sobre este tema ya que lleva más de treinta años siendo mi pasión personal y profesional, pero no debo.


La tecnología nos puede ayudar mucho pero no puede corregir al cien por cien las barbaridades del ser humano. Ya me gustaría que sí lo hiciera.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp