¿Qué escándalo acabará con Sánchez? Hagan sus apuestas
La Moncloa se ha convertido en una casa de apuestas donde siguen la evolución de los casos en los juzgados como si fuera una carrera de caballos
Hay que reconocer que el Gobierno ha entrado en un momento tan desesperante para los ciudadanos como apasionante para quienes nos dedicamos a esto de elucubrar sobre cómo será el fin político de Pedro Sánchez. Si esto estuviera sucediendo en el Reino Unido —harto improbable—, las casas de apuestas estarían echando humo aceptando todo tipo de cálculos y posibilidades: la investigación de su esposa, Begoña Gómez, se pagaría algo más que el caso Koldo, que estaría a la par con la imputación del hermanísimo, David Sánchez, y todo el culebrón de aforamientos desatado en Extremadura.
La desaparición de los mensajes del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha hecho que este escándalo haya perdido enteros, a la espera, lógicamente, de cualquier sorpresa de última hora. Lo saben en la Moncloa, que se ha convertido en una casa de apuestas, donde siguen la evolución de los casos en los juzgados como si fuera una carrera de caballos. Begoña Gómez, que tiene la sonrisa más llamativa del hipódromo, marcha un tanto rezagada respecto de José Luis Ábalos. Todo lo que va saliendo del rescate de Air Europa y sus “asuntos propios” de la Universidad Complutense mantiene altas sus posibilidades, pero el exministro es un artista con la fusta, como bien saben en los Paradores del Estado.
Espoleada por todo lo aireado sobre las “sobrinas” de quien fuera secretario de Organización de los socialistas, la exresponsable técnica de un proyecto en Tragsatec, Virginia Barbancho, ha sacudido el panorama político español con sus declaraciones en la comisión de investigación del Senado. Allí ha dicho que ella ya estaba al corriente de las irregularidades de Jésica Rodríguez, “sobrina” de Ábalos, que entró enchufada en la empresa y que cobraba todos los meses sin ir a trabajar. Barbancho ha dicho que, cuando ella intentó aclarar esta anomalía, recibió presiones desde Adif para que “callara la boca”, hiciera la vista gorda y dejara en paz a la “sobrina”. ¿Te queda claro?
Barbancho también ha dicho que, tras insistir en las irregularidades, fue ignorada por sus superiores, incluido Ignacio Zaldívar, director del proyecto, quien le transmitió las órdenes de Adif, entonces presidida por Isabel Pardo de Vera. La exresponsable señaló que, al no obtener respuesta, rellenó ella misma los partes de Rodríguez “por fuerza mayor” para desbloquear pagos, pero dejó constancia de su disconformidad. Dos meses después, Barbancho abandonó el puesto aplicando la máxima de “para lo que me queda en el convento…”
Pero ni siquiera estas revelaciones, que evidencian las sospechas de nepotismo y tráfico de influencias en el caso Koldo, una trama de corrupción vinculada a contratos de mascarillas durante la pandemia, convierten a Ábalos en el favorito de las apuestas de quién acabará con Pedro Sánchez.
Su hermano, David Sánchez, está imputado por presuntos delitos de prevaricación administrativa y tráfico de influencias
Su hermano, David Sánchez, está imputado por presuntos delitos de prevaricación administrativa y tráfico de influencias, tras obtener un puesto de trabajo que fue creado exprofeso a sus intereses personales. La denuncia, iniciada por Manos Limpias y respaldada por acusaciones populares como Vox, Hazte Oír y otras organizaciones, ha escalado hasta el punto de que la jueza propone sentar a David Sánchez y a otros diez imputados, incluido el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Gallardo, en el banquillo. De momento es algo más que un outsider.
Tras anunciar que no buscaría el aforamiento para eludir la justicia, Gallardo decidió incorporarse como diputado regional, un movimiento que le otorga esa protección jurídica que Sánchez dijo rechazar rotundamente en una de esas declaraciones que tienen como única validez el tiempo que tarda en pronunciarlas. Esta contradicción, que en otra época y con otros políticos sería un escándalo, ahora no genera ninguna reacción entre los españoles. En el Reino Unido, insisto, estarían todos haciendo cola en las casas de apuestas intentando sacar algún beneficio de la desgracia de padecer un Gobierno así. Como en la canción de la película La vida de Brian: “Always look on the bright side of life”.
En TVE, donde hay gente con buen olfato para las apuestas, detectan ya cierto olor a muerto. Así que han decidido, como en la mítica película de los Monty Python, “mirar hacia el lado brillante de la vida”. Y han visto que ahí no caben los programas de Cintora y Javier Ruiz. No tardarán en descubrir que sobran unos cuantos más.