Sánchez camina sobre brasas y dice que no se quema 

Para Sánchez, la pérdida de su secretario de Organización supondría un golpe a su capacidad de mantener unida la coalición de Gobierno y negociar con socios externos

El Gobierno debería celebrar los Consejos de Ministros en la localidad soriana de San Pedro Manrique, donde los lugareños pasan descalzos sobre una pira de leña en brasas. Lo hacen la víspera de San Juan, pero los ministros y ministras podrían hacerlo cada vez que toca un consejo.

Porque, al igual que los sampedranos, que pasan a hombros a sus mujeres, amigos o solos, el Gobierno podría pasar en pleno apoyando los pies desnudos o las manos, lo que quiera: “Ahora las pongo por José Luis; ahora por Santos, y ahora por Begoña; y también por Carlos, mi jefe de Gabinete”. 

En San Pedro Manrique pisan el fuego solo los del pueblo. Dicen que no se queman porque los protege la Virgen de la Peña. A los ministros y ministras de Pedro Sánchez les pasa algo parecido, porque tampoco sienten ni padecen nada pisando rescoldos encendidos. Es el milagro de la Moncloa, que extiende su “protección” también a la familia del presidente. 

El milagro, no se crean, no es un hecho aislado, una fugaz aparición o algo así. No. Es algo continuado en el tiempo. Un ejemplo: la Audiencia Provincial de Madrid enciende una hoguera bajo los pies de Begoña Gómez porque, dicen, chisporrotean sospechas perfectamente infundadas de que habría “vendido favores” y ofrecido “contraprestaciones” a cambio de su “proximidad” con el presidente. Una acusación que huele a tráfico de influencias y a desvío de poder. 

El Gobierno de Sánchez y su entorno pasean sobre el fuego abrasador con una sonrisa, asegurando que aquí no se quema nadie

Por no hablar de cómo se ha aprovechado, presuntamente, de su posición para impulsar su carrera, desde cátedras universitarias hasta tratos con empresarios como Juan Carlos Barrabés. O el caso de Cristina Álvarez, asesora contratada con fondos públicos que, según el juez, ayudaba a Gómez en sus negocios privados.

Pero, como en el ritual soriano, el Gobierno de Sánchez y su entorno pasean sobre el fuego abrasador con una sonrisa, asegurando que aquí no se quema nadie. No me dirán que no es algo extraordinario, milagroso. 

Otra pira que está a punto de encenderse es la de Santos Cerdán, actual secretario de Organización del PSOE tras la salida de José Luis Ábalos. Y uno de los “cuatro magníficos” que viajaba en el Peugeot junto con Pedro Sánchez, Koldo García y el propio Ábalos. Se hicieron primero con las riendas del PSOE y sacaron después a Mariano Rajoy de la Moncloa con una moción de censura que más pareció un alunizaje del Peugeot en el Congreso con Ábalos al volante. 

Todo el mundo está ahora impaciente (en Ferraz se comen las uñas) por conocer un inminente informe de la UCO que, al parecer, implicaría a Santos Cerdán en una presunta trama de corrupción por cobro de comisiones a constructoras.

(Foto de ARCHIVO) El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados, a 7 de mayo de 2025, en Madrid (España). El presidente del Gobierno comparece en el Congreso para dar explicaciones sobre el aumento del gasto en Defensa y del apagón masivo de la semana pasada. Además, está previsto que anuncie medidas destinadas al refuerzo del sistema eléctrico. Fernando Sánchez / Europa Press 07/5/2025
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Foto: Fernando Sánchez / Europa Press.

De ser así, lo normal es que se desate una crisis política de proporciones significativas tanto para el Gobierno de Pedro Sánchez como para el delicado equilibrio de pactos en Navarra, especialmente el alcanzado entre el Partido Socialista de Navarra (PSN) y EH Bildu. 

Cerdán, figura clave en la estructura del PSOE y arquitecto de alianzas estratégicas, es un pilar tanto en la organización interna del partido como en la política navarra, lo que magnificaría las repercusiones de este escándalo. El Gobierno de Sánchez, que depende de una coalición frágil con Sumar y el respaldo externo de partidos como ERC, Junts y EH Bildu, se enfrentaría a una tormenta política si Cerdán, número tres del PSOE, fuera señalado por la UCO. 

Pero no va a ser así. En condiciones normales, es decir, con un panorama muy distinto al que tenemos ahora en España, un informe inculpatorio de la UCO sobre Cerdán supondría la reconfiguración del panorama político español.

Para Sánchez, la pérdida de su secretario de Organización supondría un golpe a su capacidad de mantener unida la coalición de Gobierno y negociar con socios externos. En Navarra, el pacto con Bildu podría colapsar si la presión de la oposición y la opinión pública se vuelve insostenible, lo que beneficiaría a UPN y al PP en futuros comicios. 

Pero, como digo, eso pasaría en un país normal. No en uno como el nuestro, donde el Gobierno en pleno y sus socios son capaces de pasar por encima de las ardientes brasas sin quemarse. Pero lo hacen gracias a que todos se han subido a la espalda de un tipo que tiene la cara de cemento y los pies de amianto. Así cualquiera. 

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