La quita de la deuda es la última bala de Sánchez para mantener la mayoría de la investidura en pie

El cambio de presidente de la Comunidad Valenciana abre la puerta a una reunión entre Pérez Llorca e Illa y al deshielo de las relaciones entre ambas Generalitats

El consejo de ministros aprobó esta semana la quita de un 19% de la deuda autonómica. La petición que realizó ERC era condonar la deuda para la Generalitat de Cataluña pero la vicepresidenta y ministra de hacienda, Maria Jesús Montero, con el fin de poner en un aprieto a las comunidades autónomas del PP y, de paso, hacer campaña a su favor en Andalucía, donde en pocos meses se enfrentara a las urnas, anunció que la quita sería para todas aquellas comunidades que lo solicitaran lo que multiplicó de forma exponencial el pago de la factura solicitada por los independentistas catalanes. 

La propuesta remitida al congreso ha utilizado una fórmula de cálculo que hace que Andalucía sea la más favorecida con una quita de 18.791 millones de euros por delante de los 17.104 que el estado asumirá de la deuda catalana. 

Montero pretende poner en un aprieto a Moreno Bonilla y que diga que no para poder usar su negativa como argumento de una campaña que a Montero se le ha puesto casi imposible. La votación deberá sustanciarse en el congreso de los diputados después del período de vacaciones parlamentarias del mes de enero y el gobierno no solo pretende generar un conflicto entre los presidentes de comunidades gobernadas por el PP si no que, además, quiere forzar a Junts a volver al redil y votar junto a la mayoría de la investidura por la quita. 

Junts no ha comprometido su voto y ha sido por mi crítico, tanto porque el acuerdo ha sido con ERC, como por que la quita es valorada por los de Puigdemont como un “café para todos”. Los diversos foros económicos catalanes que tradicionalmente han mostrado apoyo o afinidad con Junts apretarán para que el grupo encabezado por Miriam Nogueras de su visto bueno a la quita dado que eso reduciría los intereses de la deuda catalana y, hipotéticamente, ampliaría la capacidad de inversión del gobierno catalán a pesar de que Cataluña afronta su tercer año sin presupuestos.

Las comunidades presididas por el PP, en caso de que el congreso apruebe la propuesta, verían reducida su deuda en 56.456 millones, un 67,8% del total que se va a condonar pasándolo al estado. Andalucía, a las puertas de las elecciones, según la AIREF vería como su gasto en intereses se reduciría en 2.655 millones, pero eso no otorgaría capacidad de gasto.

Illa y el PSC están muy interesados en que las comunidades del PP rompan su unidad de acción, circunstancia que aterra a Génova 13, porque así el presidente catalán podría insistir en su discurso de que las peticiones que realiza la Generalitat suponen una mejora para el conjunto de CC.AA y que la queja sobre insolidaridad no se sostiene. 

IIla ha realizado una ronda de contactos con diversos presidentes autonómicos incluido Jorge Azcón de Aragón, reunión entre presidentes de comunidades vecinas pero distanciadas dado que no se habían sentado juntos desde 2016 debido a las diferencias generadas por Sijena y el Proces. El motivo de esta ronda era intentar romper el frente común del PP convenciendo a algún presidente autonómico de la bondad de la propuesta del gobierno y de las ventajas para todas las CC.AA. 

El cambio de presidente de la Comunidad Valenciana abre la puerta a una reunión entre Pérez Llorca e Illa y al deshielo de las relaciones entre ambas Generalitats dado que ya desde antes de la fatídica Dana la relación entre Mazón e Illa no fue fluida. 

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