Los sincronizados cambian la coreografía
Así se desprestigia la democracia y el Estado de derecho al tiempo que se polariza la sociedad
La sentencia de la Causa Especial contra el Excelentísimo Señor Don Álvaro García Ortiz, Fiscal General del Estado, publicada por la Sala Segunda del Tribunal Supremo, ha sido un fracaso en toda regla de lo que se ha venido en denominar los sincronizados sanchistas. Un fracaso que no es sino una derrota -otra más- de Pedro Sánchez. Un fracaso -añadan las detenciones, los registros y los informes- que marca el punto de inflexión. Empieza la agonía sanchista. Vayamos por partes.
Así se acuerda y firma
FALLO. Por todo lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad que le confiere la Constitución, esta Sala ha decidido. Que debemos condenar y condenamos a D. Álvaro García Ortiz, Fiscal General del Estado, como autor de un delito de revelación de datos reservados, art. 417.1 del Código Penal a la pena de multa de 12 meses con una cuota diaria de 20 euros e inhabilitación especial para el cargo de Fiscal General del Estado por tiempo de 2 años, y al pago de las costas procesales correspondientes incluyendo las de la acusación particular pero con exclusión de la mitad de las restantes. Como responsabilidad civil se declara que el condenado deberá indemnizar a D. Alberto González Amador a 10.000 euros por daños morales. Así se acuerda y firma.
Todos somos magistrados
El juicio contra el Fiscal General del Estado ha puesto al descubierto que la mayoría de los españoles son, no solo expertos en derecho, sino magistrados de hecho, aunque ni siquiera hayan cursado el primer curso de Derecho.
La reacción popular progresista ante el Fallo: “la Justicia en España carece de credulidad”, “ya sabemos que carnet tienen los jueces”, “vergonzoso”, “la democracia en España está secuestrada”, “que se queden con sus conclusiones”, “los jueces no respetan la Constitución”, “el Tribunal ha superado a Cantinflas” o “es inocente y solo los fascistas lo niegan”.

La reacción sincronizada -con o sin carnet- con Pedro Sánchez en primera posición: “García Ortiz defendió la verdad”, “quien tiene que pedir perdón es Ayuso”, “es indignante”, “hay justicia y justicieros”, “sentencian indicios”, “no es una sentencia sino un auto de fe”, “puramente inquisitorial”, “se ha escrito una sentencia a demanda para condenar a un hombre justo”, “ausencia de pruebas concluyentes”, “la Constitución obliga a absolver al acusado” o “una sentencia golpista e infame”.
Los sincronizados se sienten despreciados y refutan la sentencia
Casualmente, el periodismo de izquierdas, o que trabaja generalmente en medios de comunicación de izquierdas -esos serían los profesionales catalogados como miembros del equipo de sincronización sanchista-, es el que más ha puesto en entredicho la sentencia condenatoria del Fiscal General del Estado.
Unos periodistas que se sienten despreciados y refutan la sentencia de la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Se sienten despreciados, porque, a pesar de la extremada delicadeza que muestra la sentencia del Tribunal Supremo con los periodistas, los jueces no les tienen en cuenta. En concreto, se sienten despreciados, porque el Tribunal no ha considerado la declaración de algunos periodistas que saben quien filtró el documento -no fue el Excelentísimo Señor Fiscal General del Estado-, pero no pueden revelarlo ya que tampoco no pueden facilitar las fuentes.
Los periodistas sincronizados -la élite comunicativa sanchista- no entienden ni aceptan que se les trate como a cualquier otro testigo. De ahí, que critiquen duramente una sentencia que no respondería a la realidad del caso. Si se les hubiera hecho caso, el Tribunal habría impartido Justicia en lugar de redactar -afirman- un documento hilarante. Se sienten tristes y lamentan que -dicen- el Tribunal Supremo vapulee el Estado de derecho. Los sincronizados, citando la sentencia del Tribunal Supremo, no aceptan que “el secreto periodístico es solo un derecho, sin que comporte una correlativa obligación”. Los sincronizados se convierten en jueces. ¿Por qué el Tribunal no acepta la veracidad de la declaración periodística? Respuesta: porque, “se les habría desmontado el relato” al Tribunal. Eso argumentan los hacedores de relatos.
El Tribunal habría impartido Justicia en lugar de redactar
Seamos serios, de lo que se trataba era de desprestigiar -¡son unos prevaricadores!- al Tribunal Supremo escenificando un golpe judicial del cual el Gobierno sacaría provecho. Así se desprestigia la democracia y el Estado de derecho al tiempo que se polariza la sociedad. El tiro les salió por la culata. Ahí está la inflexión y ahí empieza el derrumbe.
El mayordomo José Félix Tezanos y el personal de servicio
Si el mayordomo José Félix Tezanos diseña una victoria electoral socialista, si el personal de servicio sincronizado elabora un relato en que el Bien de las izquierdas gana la partida al Mal de las derechas; si uno y otros fracasan estrepitosamente en el empeño de la santificación de Pedro Sánchez, el sanchismo está ya condenado.
En cualquier caso, que nadie llore por los servidores fracasados. Algunos ya van cambiando la coreografía que había sido habitual durante el septenio sanchista. Hay señales de temporal, nubles oscuras y bajas, vientos fuertes y cambiantes, movimientos bruscos de temperatura y presión, Hay que prepararse para el hundimiento.