Adeslas deberá indemnizar con 98.000 € a una paciente a la que extirparon ambos pechos por negligencia
La paciente perdió ambos pechos tras una cadena de errores médicos cometidos durante una intervención quirúrgica en el Hospital San Rafael
Un ejemplo de una mamografía. Foto: ChatGPT
Una sentencia del Juzgado de Primera Instancia nº 5 de Manacor ha dictado que SegurCaixa Adeslas deberá indemnizar con más de 98.000 euros a una paciente que perdió ambos pechos tras una cadena de errores médicos cometidos durante una intervención quirúrgica en el Hospital San Rafael. El fallo, que incluye además intereses y costas, reconoce la existencia de “culpa y negligencia” en la actuación de los profesionales sanitarios, así como la ausencia de un consentimiento informado válido.
El caso, protagonizado por una mujer de 37 años, comenzó con una cuadrantectomía programada para extraer un tumor de su mama derecha. Sin embargo, el procedimiento falló estrepitosamente: el cirujano retiró tejido sano y dejó intacto el tumor.
Cuando el error fue detectado, el hospital decidió programar una segunda intervención. Lejos de corregir la situación, esta nueva cirugía terminó en una mastectomía bilateral, es decir, la extirpación de ambos senos, a pesar de que el izquierdo no presentaba patología alguna. La paciente no había sido informada ni había consentido esta medida drástica, que además contradecía el diagnóstico de “riesgo oncológico intermedio”.
Un daño desproporcionado y un consentimiento inexistente
La jueza encargada del caso ha subrayado que el resultado final solo puede explicarse desde el concepto de “daño desproporcionado”, una doctrina jurídica que permite presumir la existencia de negligencia cuando las consecuencias son tan graves que resultan injustificables. Además, el tribunal ha sido especialmente crítico con la ausencia de un consentimiento informado, documento fundamental en cualquier procedimiento médico que conlleve riesgos importantes.
El tribunal ha rechazado la valoración de la perito de Adeslas, quien llegó a argumentar que “llevar prótesis no modifica la calidad de vida” y que “las secuelas físicas no se acreditan”. La sentencia, en cambio, destaca que la intervención ha tenido consecuencias no solo estéticas, sino también funcionales y emocionales, afectando al día a día de la paciente y a su capacidad laboral.
Una paciente marcada física y emocionalmente
Según el informe pericial presentado durante el juicio, Alicia sufre dolor crónico debido a las prótesis, cicatrices visibles, y una sensación constante de rechazo corporal: “no reconoce sus pechos como propios”, dice textualmente el dictamen. Esta percepción ha tenido repercusiones psicológicas graves, así como una merma en su desempeño profesional, especialmente por la dificultad de levantar animales de gran tamaño, como requiere su labor de veterinaria.
Además, el perjuicio laboral tiene impacto a largo plazo, ya que podría afectar su cotización a la Seguridad Social. Este tipo de lesiones, según indican los expertos, podrían incluso justificar la solicitud de una incapacidad permanente parcial, en caso de quedar debidamente acreditadas ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
Cómo reclamar ante una negligencia médica
Este caso se convierte en un ejemplo paradigmático de cómo proceder ante una negligencia médica. Para emprender acciones legales, es esencial reunir y presentar documentación como:
- Historia clínica completa, incluidas imágenes y pruebas diagnósticas previas.
- Informes periciales independientes, fundamentales para contrarrestar los de las aseguradoras.
- Documentación económica, que justifique pérdidas laborales o gastos derivados.
- Parte de lesiones y seguimiento postoperatorio.
- Pruebas de que no hubo consentimiento informado, o que este fue deficiente.
La ley establece que la reclamación debe hacerse en un plazo de 12 meses desde el hecho, aunque conviene iniciar el proceso cuanto antes. Además de la vía judicial civil, existen canales administrativos y de consumo que pueden servir como pasos previos o complementarios.
Un precedente en la lucha por la dignidad de los pacientes
La sentencia contra Adeslas no solo obliga a la aseguradora a pagar 98.216 euros, sino que también sienta un precedente importante sobre la responsabilidad médica en intervenciones quirúrgicas que afectan la integridad física y emocional de los pacientes.
El fallo pone de manifiesto que la estética, la funcionalidad y la salud mental son elementos inseparables del derecho a la salud, y que las valoraciones frívolas por parte de peritos no pueden justificar prácticas médicas negligentes.
Además, el hecho de que esta paciente ya haya tenido que enfrentarse a un segundo procedimiento no consentido, años después del primero, pone en evidencia la necesidad de reforzar los mecanismos de control y consentimiento en los centros privados, especialmente cuando operan bajo la cobertura de grandes aseguradoras.
La justicia ha hablado y lo ha hecho con contundencia. El mensaje es claro: los errores médicos no son solo números en un informe, sino tragedias personales que deben ser resarcidas con rigor y humanidad.