Una empresa histórica del deporte, al borde del abismo: lucha interna y bloqueo en pleno concurso de acreedores
El tribunal de actividades económicas de París será quien decidirá muy pronto el futuro inmediato de la compañía
Una famosa marca francesa se la juega
Una histórica empresa francesa de moda se encuentra atravesando un concurso de acreedores lleno de disputas internas desde el mes de noviembre. La firma es Le Coq Sportif, muy conocida mundialmente. Unos meses antes de abrir el proceso concursal, fue la marca encargada de vestir a los atletas galos en los Juegos Olímpicos que se celebraron en París.
Y es que Le Coq Sportif es una emblemática firma con más de 140 años de historia. Fue fundada en 1882 por Émile Camuset en Romilly-sur-Seine. Desde sus inicios, la marca ha sido sinónimo de elegancia deportiva, calidad artesanal y orgullo nacional. De hecho, su nombre, que significa “el gallo deportivo” en francés, hace referencia al gallo galo, símbolo de Francia.
Durante el siglo XX, la marca se convirtió en patrocinadora oficial de numerosos eventos deportivos de gran prestigio, como el Tour de Francia y selecciones nacionales de fútbol y rugby. Su logotipo, un gallo dentro de un triángulo, es reconocido a nivel mundial como un emblema de tradición y calidad.
Fuera del deporte, Le Coq Sportif logró ganarse al público con sus diseños que mezclan la funcionalidad de la ropa deportiva con un diseño elegante y atemporal. Esto les ha permitido mantenerse relevantes tanto en el ámbito deportivo como en la moda urbana. Hoy en día, la marca continúa produciendo prendas en Francia, fomentando la economía local.
En 2023, su último ejercicio completo, cerraron con pérdidas de más de 28 millones.
A pesar de su popularidad mundial, la marca está en pleno concurso de acreedores en busca de una oferta que pueda volver a poner a la compañía en números verdes. En el primer semestre de 2024, antes de los JJ. OO., aumentaron la facturación en un 30%, alcanzando los 82 millones de euros, aunque continuaron registrando pérdidas por un total de 18 millones.
Dos ofertas en el concurso de acreedores
Le Coq Sportif se encuentra ante una semana clave en el concurso de acreedores. El tribunal de actividades económicas de París será quien decidirá el día 4 de julio el futuro inmediato de la compañía, que ha recibido dos ofertas para salvar a los 300 empleados, incluidos a los del histórico taller de Romilly-sur-Seine, que representan un valor estratégico e industrial para la región.
Incluso este caso ha llamado la atención de actores públicos, incluido el Ministerio de Economía francés, que busca evitar la pérdida de empleos locales y contener el impacto financiero de un posible cierre.
La propuesta mejor posicionada es la del empresario franco-suizo Dan Mamane, quien ha rescatado otras firmas como Conforama Suisse, acompañado por Alexandre Fauvet y posiblemente Cédric Meston, de la compañía Tupperware France. Según el medio Moda, este grupo propone mantener la plantilla actual, así como conservar la sede en Romilly y asumir parte de la deuda, lo que les coloca en ventaja ante la administración concursal.
La segunda candidatura viene de un consorcio que incluye a Neopar, Iconix, el empresario Xavier Niel, el judoka Teddy Riner y la familia fundadora Camuset. A diferencia de los anteriores, prometieron una inyección inmediata de 60 millones de euros, pero denuncian haber sido desplazados del proceso por los administradores judiciales. De hecho, han solicitado al tribunal reabrir los debates, lo que podría retrasar la decisión final varias semanas. Pronto se sabrá el desenlace del concurso de acreedores.