Actualizado
Por qué la derrota de Cuerpo en el Eurogrupo puede ser una victoria: el precedente de Calviño y De Guindos
"Mi actual rol es de suficiente relevancia como para no estar pensando en próximos pasos", apuntó Cuerpo tras anunciarse que se apartaba de la carrera
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo. EUROPA PRESS
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, decidió este lunes dar «un paso a un lado». En tono ronco, quizá por los aires acondicionados del verano, explicó ante los medios de comunicación en Bruselas que se retiraba de la carrera por la Presidencia del Eurogrupo, el foro que reúne a los titulares de Finanzas de la moneda única, ante la falta de apoyos para batir al irlandés Pascal Donohoe, que revalidó el cargo por un tercer mandato.
«Después de semanas intensas de contacto con mis colegas, de recabar el apoyo de mis compañeros de Finanzas del Eurogrupo y de conversaciones hasta última hora de este fin de semana, hemos llegado a la conclusión de que no teníamos apoyos suficientes para la candidatura», explicó el ministro antes de unirse a la reunión de este grupo informal que pilotó la crisis del euro pero que perdió fuelle en los últimos años.
El ministro de Economía, que lleva algo más de año y medio en el cargo pero es un viejo conocido de los pasillos bruselenses desde su época como secretario general del Tesoro, se mostró agradecido por el apoyo «transversal» en el seno del Eurogrupo a su candidatura, que supo «conectar» con la «necesidad compartida» de otros países para reforzar el papel de este órgano.
España jugaba con un buen candidato pero una mala mano: la tercera vez que un ministro español aspiraba a este cargo coincidía con una minoría socialdemócrata a escala europea (la familia política del ministro), una sobrerrepresentación del país en los estamentos financieros, dudas sobre la estabilidad del Ejecutivo tras la erupción del ‘caso Cerdán’ (para presidir el Eurogrupo hay que formar parte del mismo), y también interrogantes sobre la intervención del Ejecutivo en la opa del BBVA al Sabadell o por la postura esgrimida en torno al gasto en Defensa.
Pero las dos derrotas anteriores sirvieron para posicionar a los candidatos de cara a puestos más relevantes a escala europea. La primera fue la de Luis de Guindos, en 2015. Y la segunda, la de la vicepresidenta Nadia Calviño, en 2020. Ambos aspiraron al puesto de ‘jefe’ de ministros del euro, un cargo que permite ordenar los debates en el seno del Eurogrupo. La ministra socialista lo tuvo al alcance de la mano, con el apoyo de las grandes economías de la moneda única. Pero el apoyo de los países pequeños le dio la posición a Donohoe. Hasta ahora.
Apenas tres años después, Luis de Guindos consiguió el beneplácito del Consejo Europeo para hacerse con la Vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE), un mandato que expirará en marzo de 2026 y que asegura a España uno de los pues más relevantes de la política monetaria de los Veintisiete.
Y también tres años después de perder la primera batalla, Calviño ganó a la comisaria danesa Margrethe Vestager la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el brazo inversor de los Veintisiete y una pieza clave para financiar las nuevas necesidades de las transiciones ecológica, digital y del gasto en Defensa.
¿Es la candidatura al Eurogrupo una forma de marcar perfil en el seno de los Veintisiete de cara a un futuro comunitario? Preguntado por esto, Cuerpo negó la mayor. «Mi actual rol es de suficiente relevancia como para no estar pensando en próximos pasos», señaló. «Hemos conseguido mover el diapasón con la necesidad de dar un impulso al Eurogrupo y esto es un punto importante», se felicitó.
Ahora bien, la candidatura -que ya se barruntaba hacía meses en los corrillos de Bruselas y que el Gobierno español confirmó sobre la bocina- ha posicionado a Cuerpo en el seno de la Unión, con un protagonismo que lleva tiempo reclamando con las propuestas para avanzar en la Unión de Capitales o en la Bancaria.
A la interna, el PP se apresuró a cargar contra el Ejecutivo por esta derrota. «Quien no tiene apoyos para una altísima responsabilidad debe apartarse. Y esto es aplicable para Carlos Cuerpo y también para Pedro Sánchez (…). Es evidente que [Sánchez] hace el ridículo solo por el hecho de haberse planteado que uno de los suyos pudiera ser elegido para esta designación», apuntan los populares.