Ciudadanos quiere cerrar ya un pacto con el PSOE que tiente después al PP

La formación que lidera Albert Rivera da tiempo a Sánchez hasta el domingo para que elija entre su propuesta "constitucionalista y europeísta" o la "rupturista" de Podemos, aunque los socialistas lo tienen claro

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Desde que el rey le encargó formar Gobierno, a Pedro Sánchez le han salido dos novios. Ninguno de ellos es el ideal príncipe azul, pero el líder de los socialistas tendrá que decidirse en breve o por Ciudadanos o por Podemos. Hacer un trío a estas alturas ya es imposible, aunque Sánchez lo tiene cada vez más claro.

Podemos ha presentado una propuesta muy detallada de cuál es su proyecto de gobierno. La formación que dirige Pablo Iglesias también ha pensado qué ministerios debe tener el futuro ejecutivo y cómo deben distribuirse entre los distintos partidos de una hipotética futura coalición de izquierdas compuesta por PSOE, Podemos e IU y liderada por Sánchez.

Acercamientos significativos

El cortejo con Ciudadanos ha sido muy distinto. Se ha basado en las largas reuniones y en el análisis de las diversas propuestas más que en el reparto de poder. Esas conversaciones han dado sus frutos.

Ha habido acercamientos «significativos» en cuestiones como «la lucha contra el capitalismo de amiguetes», la renovación de los órganos judiciales con magistrados que no dependan del poder político y la batalla contra la corrupción, según explicó el miércoles el vicesecretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas. Hay sintonía, y no quieren esconderlo. 

Ultimátum a Sánchez

En otras cuestiones, el PSOE y Ciudadanos están distanciados, como en educación, la fiscalidad para los autónomos , la burbuja política –los cargos electos– o la igualdad de los españoles, que implica que el PSOE renuncie expresamente a la celebración de cualquier referéndum independentista.

Ciudadanos ha dado a los socialistas un plazo que acabará el domingo para que se decidan entre su «proyecto constitucionalista y europeísta» o el «rupturista de Podemos», según explican fuentes de la formación de Albert Rivera.  Sin embargo, esas declaraciones obedecen a la necesidad de ir aproximando posiciones sin dar nada por cerrado, con el objeto de ganar tiempo, en una especie de estrategia envolvente hacia Podemos, y también, en el caso de Ciudadanos, hacia el PP.

Segunda parte

Sánchez puede casarse con Ciudadanos, pero la película no habrá acabado, porque juntos suman 130 escaños y el PP cuenta con 123 diputados en un Parlamento donde la mayoría absoluta se sitúa en los 176 representantes.

La segunda parte se iniciará luego. El PSOE y Ciudadanos tratarán de convencer al PP de que se una al pacto. Argumentarán que es la única manera de gobernar España con sentido común y alejando el fantasma del comunismo podemita, en un momento en el que la coyuntura económica podría empeorar. 

La alternativa de la coalición de izquierdas

Ahí se complicarán las cosas, porque fuentes del PP señalan que «jamás» darán su apoyo a un gobierno que no esté presidido por los populares, ya que, al fin y al cabo, son ellos quienes han ganado las elecciones.

Otra posibilidad, que en los últimos días parece desdibujarse, es que Sánchez elija a Iglesias. Ese matrimonio sumaría algunos escaños más, lo 90 de los socialistas, los 69 de los podemitas y los dos de IU. Serían 161 asientos en la Cámara baja, pero aún quedarían lejos de la mayoría absoluta y obligarían a esa coalición de izquierdas a buscar la abstención de los partidos independentistas catalanes.

Dos meses de prórroga

A lo largo de esta semana se sabrá por quién se decide Sánchez. El secretario general de los socialistas se someterá el 2 de marzo a la investidura. Puede que no salga convertido en presidente, pero en ese caso, aún quedarán dos meses para que las fuerzas políticas recapaciten y traten de cerrar acuerdos sólidos ante de que, por ley, se repitan las elecciones.

Para impedirlo, Sánchez quiere aparecer, por lo menos, con el apoyo inicial de Ciudadanos, y lo está consiguiendo.

La envolvente del líder del PSOE podría tener éxito. Acabe todo o no en nuevas elecciones, Sánchez ha logrado su primer gran objetivo: poder ofrecer un discurso de investidura en el Congreso, y evidenciar quien quiere o no un cambio en el Ejecutivo español, que deje al PP en la oposición. En ese momento, toda la presión recaerá en Podemos. 

Economía Digital

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