Colau fuerza a Iglesias a vetar el pacto de Hacienda y los municipios

Podemos se opone a una propuesta del Ministerio de Hacienda para usar el superávit de los ayuntamientos

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La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no solo ha resistido las presiones de los socialistas para aceptar una propuesta del Ministerio de Hacienda sobre cómo usar el superávit municipal para hacer frente a la coronacrisis, sino que también ha forzado a Podemos a rechazar esta iniciativa del Gobierno en el marco de una votación que celebrará este jueves la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

La Junta de Gobierno de la FEMP consta de 25 miembros y el PSOE (12 representantes) no puede sacar adelante la propuesta de Hacienda sin apoyos. Hace ya días que el PP (10) y Ciudadanos (1) anunciaron su rechazo frontal a una iniciativa que consideran «una incautación de los ahorros municipales».

¿En qué consiste? El remanente de los municipios asciende a casi 15.000 millones y lo que propone Hacienda es que los ayuntamientos entreguen voluntariamente esa cantidad al Estado, quien, a continuación, realizaría una transferencia de 2.000 millones en 2020 y otra de 3.000 millones más en 2021 al mundo local con la única ventaja de que estas cantidades podrían gastarse y no se computaría como déficit de los ayuntamientos sino de la administración central. El resto de los fondos los retendría el Estado y los reembolsaría a lo largo de los próximos 10 años.

Adiós, ahorros

Un resumen es que los ayuntamientos pierden en 2020 y 2021 el 65 por ciento de sus ahorros y, en paralelo, el Estado gana en liquidez. A cambio, los ayuntamientos podrán usar los 5.000 millones recibidos en 2020-21 en «agenda urbana y movilidad sostenible» (oferta de vivienda de alquiler o construcción de carriles bici), «política de cuidados para personas mayores y dependientes, ayuda a domicilio y teleasistencia y cultura».

Los socialistas han intensificado en las últimas horas las conversaciones con Podemos (1 representante en la FEMP) para sacar adelante esta propuesta de Hacienda. Pero Colau, que ha seguido de cerca las negociaciones, se niega a ceder porque la única cesión de último momento que ha conseguido del Gobierno es el compromiso de ampliar las competencias de las entidades locales esta legislatura. Eso es todo.

Así que la alcaldesa de Barcelona, la única superviviente de los llamados alcaldes del cambio, ha hecho valer su peso para que Podemos rechace la propuesta de Hacienda que, en un principio, debía votarse este jueves en la FEMP pero que finalmente se votará el viernes para ganar tiempo en la negociación con Podemos, todavía abierta. Habría una fórmula para sacar adelante la iniciativa de Hacienda y es mediante la abstención de Podemos. Para ello, los socialistas deben convencer a Colau.

«Se pretende que los ayuntamientos renuncien a sus ahorros, que los presten al Estado, que este haga de banco y se los devuelva en diez años. Esto es muy poco federalista», criticó el hombre de Colau en el Congreso de los Diputados, el presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens.

El Gobierno se enroca

El Gobierno interpreta que está haciendo un gran favor al mundo local, ya que el artículo 135 de la Constitución impide a los ayuntamientos saltarse el equilibrio presupuestario y ahora está ofreciendo una «fórmula imaginativa» para hacerlo. «Es el único instrumento para que los ayuntamientos puedan ser protagonistas», advierte la titular de Hacienda, María Jesús Montero, que se resiste a ofrecer otras alternativas.

La votación en la FEMP marcará un cisma inédito en este organismo, que, tradicionalmente se ha movido siempre a partir de posiciones unánimes. No será así en este caso, bajo la presidencia del alcalde de Vigo, el socialista Abel Caballero, cuyas únicas opciones en estos momentos son conseguir el insospechado apoyo del Pdecat (1 representante) o subir la oferta a Podemos.

Caballero ha sido protagonista de la negociación con Hacienda y considera un gran avance que los ayuntamientos puedan prorrogar la ejecución de inversiones iniciadas en 2019, así como la dotación de un fondo extraordinario de 275 millones de euros para compensar el déficit en los servicios de transporte durante el estado de alarma. 

Pero al resto de partidos todo ello le resultan migajas. El tiempo se agota para evitar un cisma en la FEMP y otro en el gobierno de coalición a costa de Ada Colau, harta de ser convidada de piedra de la coalición de PSOE y Podemos.

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