El chiringuito de expertos de Quim Torra se desmorona

El foro dirigido por Lluís Llach para "el debate constituyente" sufre una nueva baja, la tercera en apenas cuatro meses

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No se puede decir que Quim Torra esté creando un poderoso círculo a su alrededor. Más bien, al contrario. El presidente de la Generalitat puso en marcha un consejo de expertos bajo la dirección del cantautor Lluís Llach para impulsar la futura república catalana pero, ocho meses después de su lanzamiento, este organismo sólo es noticia por las bajas que va sufriendo. La última, la del profesor Jaume López Hernández.

Tras el fracaso de la declaración unilateral de independencia, la Generalitat ha tenido —y tiene— enormes dificultades para concretar una nueva hoja de ruta soberanista. Sólo hay un plan reconocible y es el de bombardear a la opinión pública con una retórica inflamada dirigida contra el «Estado represor».

Pero el mencionado consejo de expertos —bautizado como «consejo asesor para el impulso de un foro cívico y social para el debate constituyente»— ni ha proporcionado munición propagandística, ni ha servido para trazar los pasos que debe seguir el independentismo en su camino a Ítaca.

Las bajas que ha sufrido Quim Torra

Este consejo de expertos tampoco ha servido para crear un nuevo «Estado Mayor del Procés». El economista Miquel Puig Raposo y la abogada Dolors Feliu se dieron de baja el pasado mes de marzo, mientras que otros miembros como los exdiputados de la CUP Antonio Baños y Gabriela Serra no tardaron en distanciarse al entender que se trataba de un aparato «autonomista».

Torra intenta mantener a flote su acción política a base de discursos y de sus rondas de contactos, pero a su lado cada vez hay menos gente y las nuevas figuras que ha incorporado tampoco ayudan.

Elsa Artadi, exconsellera de la Presidencia y exportavoz de la Generalitat, tomó el camino hacia el Ayuntamiento de Barcelona y en su lugar llegó Meritxell Budó, una afín a Carles Puigdemont y a Jordi Turull que sólo ha creado problemas a Torra.

Torra y el malestar de ERC

La última andanada de Budó contra la supuesta «operación de Estado» que hay detrás de las maniobras de Ada Colau para retener la alcaldía de Barcelona cayeron mal incluso en las filas soberanistas y, en particular, en ERC.

Pero Torra optó por alinearse con Budó y así abrió un poco más la brecha con Esquerra. Los socios de gobierno están de acuerdo, pese a todo, en mantener durante unos meses en pie su alianza.

Unos y otros se han sentado a esperar la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés. En paralelo, las especulaciones sobre cuándo se producirá el próximo adelanto electoral son incesantes. «Febrero», coinciden diversas voces soberanistas que, en privado, admiten que el gobierno de Torra «no funciona».

 

 

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