El Círculo de Economía califica de ‘revolución democrática’ la situación española

El 'lobby' catalán abraza la primavera política del país y pone a Holanda y Alemania como ejemplos de la cultura de pactos 

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El Círculo de Economía se ha posicionado a favor de los cambios políticos iniciados en España tras el 24M. Ante las cautelas expresadas por parte del empresariado, el lobby catalán calificó de «revolución democrática» la ruptura del bipartidismo tradicional hacia un cuatripartito y mostró su «ilusión» por la actual «primavera política», cuya principal prueba de fuego son los comicios generales que se convocarán antes de finales de año.

«La próxima legislatura tiene que ser la de las reformas políticas», manifestó la institución en una nota de opinión con mucho significado denominada Ante una nueva legislatura. Se trata de la primera que se emite desde que Antón Costas fue elegido presidente en septiembre de 2013 –el último documento de opinión publicado por el Círculo fue firmado por su predecesor en el cargo, Josep Piqué, en mayo de ese año– y marcará el tono del diálogo de la reunión anual que celberará en Sitges (Barcelona) este fin de semana.

Los retos de los nuevos gobiernos

Costas afirmó este martes que la organización está «ilusionada por lo nuevo». Incluso se atrevió a hacer un análisis en clave economista de la situación: «Que aparezcan más partidos implica mayor competencia, y esto es una virtud».

«El reto de los nuevos gobiernos es demostrar que son capaces de formarse de forma rápida, que son competitivos y con un programa electoral propio, que tenga en cuenta los intereses generales de la población sin afectar la recuperación ni la inversión», remarcó el catedrático.

Ha llegado el momento de superar el juego de mayorías absolutas que ha marcado la política española desde la recuperación de la democrática y entrar en la de los pactos. El Círculo pone de ejemplo los ejecutivos que se acuerdan en Alemania y Holanda como símbolo de la normalidad de la situación.  

Reto en seis meses

Esta «revolución política» está cronometrada. Si los partidos no son capaces de «demostrar que saben gobernar de forma profesional y en línea con el interés general» en seis meses, la fecha límite para convocar las generales, el Círculo augura que la influencia de las formaciones emergentes se diluirá.

«Se trata de un riesgo limitado», señaló Costas en un intento de acallar las voces alarmistas que se han alzado contra la nueva situación. «En seis meses no se puede romper nada».

Apoyo puntual

El catedrático pronosticó que un fracaso en cumplir el gran objetivo derivaría en un nuevo trasvase de votos en sentido inverso. «Mucho votante apoya ahora a partidos incipientes, pero su elección es una estación de paso, no es definitiva», manifestó a título individual en un análisis al margen de la nota de opinión.

Pero, incluso en esa tesitura, la institución da por sentado que se habrá dado un paso adelante destacable; un cambio de rumbo frente a los escándalos de corrupción que han salido a la luz en esta última legislatura que han minado la reputación de las instituciones públicas.

Evitar la fractura social

El mar de fondo de la revolución democrática no es precisamente menor. El Círculo alertó de que estar de brazos cruzados sin reaccionar alimentará la fractura social incipiente. «Debemos recordar que las crisis sociales no aparecen en el peor momento de las económicas, surgen al inicio de la recuperación», indicó el presidente.

Por ello, a corto plazo, incluso antes de la reforma política, se debe abordar la reforma del Estado del bienestar.

Recursos del plan Juncker

Costas reclamó que se busque una solución de inmediata a los hogares sin ingresos, especialmente en los que haya niños pequeños («es una situación que ofende al sentido de la decencia», declaró); se establezcan mecanismos para que emerja el empleo oculto de forma beneficiosa para el «trabajador informal»; planes de formación para los parados de mayor edad o con un perfil profesional más complicado para encajar con las necesidades actuales del mercado laboral; y la puesta en marcha de un programa de ayudas a la emancipación para jóvenes.

La ventaja de los nuevos gobiernos, según la institución, es la existencia de un nuevo mecanismo que puede financiar estos programas: el plan Juncker.

La iniciativa de la Unión Europea puede ser clave para consolidar la «primavera política» de España. Falta saber cuál será la voluntad política para evitar nuevos escenarios como el vivido tras las elecciones andaluzas. La paralización de un gobierno minaría la «revolución democrática». 

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