El voto del huido Toni Comín enreda otra vez la mayoría en el Parlament

La mayoría independentista pospone la revisión del voto delegado de Comín, pero la oposición insiste en retirárselo antes del pleno del viernes

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El voto delegado del exconseller de Salud, Toni Comín, vuelve a estar en el punto de mira de la oposición no independentista a las puertas del primer pleno del Parlament posterior a la toma de posesión de Quim Torra como presidente. Este miércoles, la mesa de la cámara catalana le ha dado una semana para acreditar su situación procesal antes de reconsiderar la delegación de voto que le autorizó el 24 de abril, pero Cs, PSC, En Comú Podem (C-ECP) y el PP quieren que el tema se aborde antes del pleno del viernes.

El meollo del embarullado asunto es la decisión de la semana pasada de la justicia belga de no entregar a Comín, Lluís Puig y Meritxell Serret, y de retirarles las medidas cautelares. En su momento, la mayoría independentista de la mesa justificó la delegación de voto de Comín con el argumento de que, imposibilitado para asistir al Parlament porque no se le permitía salir de Bélgica, su situación era análoga a la de los diputados en prisión, pero el levantamiento de las cautelares liquida ese planteamiento. Comín tiene ahora libertad de movimientos.

Patada hacia adelante

Es a ese cambio de situación de Comín a lo que se aferran los grupos no independentistas para pedir que no pueda seguir delegando su voto. La semana pasada, Cs y el PP -que habían presentado sendos recursos de amparo al Tribunal Constitucional contra su voto y el de Carles Puigdemont en la sesión de investidura de Torra- ya pidieron a la mesa que revocara la autorización extendida hace ahora un mes, y el PSC solicitó al presidente del Parlament, Roger Torrent,un informe jurídico sobre el tema, que Torrent todavía no ha encargado, según el socialista Ferran Pedret.

La mesa ha optado por ahora por dar una patada hacia adelante y concederle aún una semana más de margen a Comín. Pero eso supondría que este todavía podría votar en la sesión del viernes en la que toca aprobar las comisiones legislativas, imprescindibles para que el Parlament pueda tramitar leyes por la vía ordinaria.

Avisos de la oposición

PSC, PP y Cs advierten que, si ese fuera el caso, la votación, como cualquiera en la que se aplique a partir de ahora el voto a distancia del exconseller, podría ser revocada si el tema acaba judicializado. Un juez podría “considerar nulas todas las decisiones basadas en votaciones en que al menos hubiera habido un voto que no debía haber sido delegado”, explica Pedret. Por eso, los socialistas, de acuerdo con C-ECP, han pedido a la mesa que reconsidere la decisión y acorte el plazo que le ha dado a Comín, para así resolver el asunto antes del pleno del viernes.

El diputado del PP Alejandro Fernández ha apuntado otro peligro que a su juicio comporta el mantenimiento del voto de Comín: “las personas que hayan autorizado desde la mesa la delegación de voto podrían incurrir en prevaricación”, un «riesgo innecesario» que Fernández ha advertido a Torrent que supondría “volver a la senda de las prácticas incorrectas de Forcadell”. Fernando de Páramo, de Cs, también ha optado por lanzar un aviso, pero en términos más abstractos. Mantener el voto remoto de Comín, ha dicho sin querer precisar más, es adentrarse “en un escenario peligroso desde el punto de vista jurídico”.

El exconseller se ha convertido en una piedra en el zapato de lo más molesto para la dirección de Esquerra

Quien guarda un prudente silencio público sobre cualquier cosa que tenga que ver con Comín es ERC. Pero que el exconseller, que va por libre e ignora la línea de actuación de su partido desde que huyó a Bélgica, se ha convertido en una piedra en el zapato de lo más molesto para la dirección de Esquerra es a estas alturas un secreto a voces dentro y fuera de la formación.

Sucede que, respecto de Comín, los de Oriol Junqueras están atados de pies y manos. Y, por extensión, también Junts per Catalunya (JpC), porque el exconseller ya ha dejado claro que no tiene intención de renunciar a su escaño. Y, sin su voto, el bloque parlamentario integrado por ambas formaciones se quedaría con apenas 65, que son los mismos que suman Cs, PSC, C-ECP y el PP. De modo que ni con la abstención de los cuatro diputados de la CUP, que ya ha dicho que piensa ejercer de oposición, tendrían suficiente para aprobar ninguna iniciativa.

Voluntad de restitución

Lo que está por ver es si Comín, que ahora mantiene un sueldo como diputado, aceptaría renunciar al acta en caso de ser nombrado conseller. El antiguo titular de Salud está empeñado en ser restituido en su cargo junto a Puig, instalado como él en Bruselas, y a Josep Rull y Jordi Turull, presos en Estremera. Y también en el pulso que Torra y Mariano Rajoy mantienen por la toma de posesión del gobierno a cuenta de las restituciones, Comín es una patata caliente, especialmente para ERC.

Los de Junqueras se han desmarcado de la cruzada por las restituciones emprendida por JpC, como antes hicieron con la batalla por la teleinvestidura de Puigdemont, pero Comín, mucho más cercano a este que al líder de su partido, ha ignorado las consignas y está empeñado en recuperar su antigua cartera. No era esa la voluntad de Esquerra, que preferiría al director del CatSalud, David Elvira -que se ha mantenido como el cargo más alto del departamento desde la entrada en vigor del 155 y la huida de Comín- o incluso al exsocialista Joan Ignasi Elena.

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