ERC encuentra la coartada para dinamitar el gobierno de Quim Torra

Esquerra carga contra sus socios de JxCat por el acuerdo entre estos y el PSC en la Diputación y amaga con finiquitar la legislatura

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El acuerdo entre el PSC y Junts per Catalunya (JxCat) para gobernar juntos en la Diputación de Barcelona tensa todavía más las convulsas relaciones ente los posconvergentes y ERC, que también aspiraba a mandar en el gobierno provincial de la mano de sus socios en la Generalitat. Los de Oriol Junqueras no han tardado en reaccionar al anuncio de la entente con los sociliastas de manera airada. Han calificado de «escándalo» el pacto y han advertido a JxCat de que podría ser la gota que colme el vaso de su paciencia.

El primero en cargar este viernes contra los posconvergentes por fue el presidente del grupo parlamentario de Esquerra, Sergi Sabrià, que consideró que el acuerdo no tiene «ninguna explicación digna» y que habrá que «valorar las consecuencias» que tendrá en el govern. 

La reacción de Sabrià a la difusión del pacto fue inmediata y durísima.»Nos sorprende que Quim Torra y Carles Puigdemont hayan avalado este pacto. Los de la jugada maestra se han superado y han dado la presidencia de la Diputación a los del 155″, espetó en declaraciones a Nació Digital.

ERC llena Twitter de críticas a JxCat

El propio Sabrià, en un tuit, ironizó sobre el movimiento de sus socios de Govern, preguntándose si el pacto con los socialistas en la Diputación de Barcelona era otra «jugada maestra», en referencia a la constante alusión a este tipo de jugadas por parte del independentismo cada vez que Carles Puigdemont o alguno de sus principales dirigentes hace un movimiento importante, o simplemente defensivo. Tras aludir a la jugada maestra puso emojis de una bolsa de palomitas de maiz, insinuando que traería cola.

Sabrià no fue la única voz airada en ERC. El diputado en el Congreso Gabriel Rufián reaccionó, como no, vía Twitter. «Si esto lo hace ERC (Joan) Tardà y yo tendríamos ya diez artículos de urgencia del sanedrín convergente y 155 tuits de sus palmeros a sueldo», escribió en su cuenta, tras ilustrar la noticia del acuerdo con dos hashtag en los que reutilizaba en clave irónica dos expresiones habituales de la parroquia puigdemontista: «no surrender» (sin rendición) y «jugada maestra».

Escalada de tensión entre ERC y JxCat

Esquerra, que en las elecciones municipales del 26-M obtuvo 16 representantes en la Diputación, los mismos que el PSC, también negociaba con sus socios un posible acuerdo. Y, según Sabrià, la propuesta de los republicanos a los posconvergentes, que perdieron la mitad de los 14 diputados provinciales con los que contaba el Pdecat el mandato anterior, era «como mínimo» tan buena como la de los socialistas.

JxCat optó por abrir su abanico de opciones de pactos después de que ERC -que tampoco planteó en ningún momento un gobierno de coalición entre ambos socios en Barcelona, donde la aritmética habría complicado mucho la gobernabilidad de esa opción- le arrebatara la alcaldía de Sant Cugat, un feudo convergente de toda la vida, en virtud de un acuerdo con la CUP y el PSC, lo que fue percibido como una traición entre las filas de los de Torra.

Claro que, con la factura pasada ahora a su socio, JxCat ha subido la apuesta, y el riesgo de ruptura. «Sant Cugat tiene un alcalde independentista», consideró Sabrià. «No se puede comparar con la Diputación, donde la presidencia quedará en manos del PSC», un partido que, como recordó Rufián, el independentismo, y muy singularmente JxCat, coloca sistemáticamente en lo que llama «el bloque del 155».

La situación generada da la excusa a Esquerra para forzar el final de una legislatura que, como ha quedado patente esta semana, los de Junqueras no quieren estirar más, pero que JxCat se resiste a finiquitar. ERC ha incrementado en los últimos días la presión sobre Torra para que el president convoque elecciones tan pronto como el Tribunal Supremo dicte sentencia en la causa del procés, algo a lo que los posconvergentes se resisten, convencidos de que el escenario, con los de Junqueras al alza y el espacio posconvergente en rehabilitación, no les es propicio.

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