Felipe González allana el camino a la reforma constitucional en España

El expresidente del Gobierno apuesta por blindar la "identidad, lengua y cultura" para cerrar la carpeta catalana

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Mano tendida. Felipe González ha vuelto a aportar su visión al laberinto catalán el sábado con una propuesta para reformar la Constitución Española que blinde la singularidad catalana. Tras la misiva enviada hace justo siete días a todos los catalanes, el ex jefe de Gobierno apuesta por «un pacto sobre España» que resuelva el encaje de Cataluña, además de otras cuestiones.

González, en una entrevista concedida a La Vanguardia, asegura que «no tiene ningún problema en reconocer la identidad catalana y en que se garantice constitucionalmente que no va a haber ningún extraviado que intente alterar ese reconocimiento». Lo que es más, según el histórico líder socialista, la identidad «está ligada a la lengua y la cultura», por lo que «deberían ser realidades intocables».

La reforma de la Carta Magna debería ser, bajo el punto de vista del tercer presidente del Gobierno de la democracia en España, un paquete de medidas. González lamenta la existencia de la estructura territorial «de inspiración napoleónica» en España. «Somos el único país de Europa con cuatro niveles de administración. ¡Por favor! Necesitamos una reforma de la Constitución sin miedo a consultar a la gente».

Aún hay tiempo

En esta senda, el también ex secretario general del PSOE de 1974 a 1997 considera que hay espacio para el pacto. «Creo que la mayoría de la gente en España, también en Catalunya, quiere diálogo. Hay que buscar una solución reformista en un país, no lo olvidemos, de tradición liquidacionista«, prescribe.

Sin embargo, González advierte que la aventura soberanista encabezada por Artur Mas ha erosionado la cohesión social en Cataluña. «En cenas y reuniones de familia se intenta evitar cualquier reflexión sobre el tema, para evitar tensiones. Esto es un signo. Se discute menos, se dialoga menos, por temor a la tensión. Hay un discurso claramente dominante, dotado de una épica del relato», advierte el expresidente.

Economía Digital

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp